Cuenta la leyenda, que un hombre hermoso fue desterrado de sus posesiones al caerle una maldición por su avaricia y vanidad. Nadie supo nada, ni de quien se trataba, pero desde sus 6 años el pequeño príncipe Dong Min solo sabe una cosa:
"Nunca vayas...
Gritaba de la ira de estar encerrado en esas cuatro paredes, el eco con claridad resonaba aún cuando las aguas cayendo creaban el unísono. Sí, estaba lloviendo y como nunca antes lo había visto, su vitrales estaban cubiertos de agua, misma que no dejaba de fluir y solo se escuchaban estruendos en en cielo acompañando su desesperación.
Obviamente encontró la verdad y más explicada en aquel libro raro que se mencionó, ese que llamó su atención sin una idea clara aparente. Ahí se contaba lo que hizo su padre para llegar al trono y fue principalmente espiar a su sobrino y ponerlo aún más en contra de su hermano para quitarle todo. Incluso sabía de la maldición que le habían hecho en el pueblo y colaboró con ellos a través de sus sirvientes.
Jin Woo nunca fue el heredero dado a que era el hijo menor de tres hermanos, el primogénito rey que murió, una hermana quien fue dada en matrimonio con otro gobernador de las provincias lejanas a Koryo y él. Y cuando tuvo la oportunidad, lo aprovechó y aunque ha sido un Rey recto y justo, no hay que quitar sus faltas como ciudadano real.
Y eso era lo que molestaba a Dong Min en especial, el hecho de que quería mantener todo como si nada cuando se sabe que la verdad siempre sale a la luz y que de alguna u otra manera se iba a descubrir.
Ahora, otra pregunta lo carcomia, ¿Aquello que vio en el bosque fue al sobrino del rey? ¿Qué era aquello que miró? Tal vez y era una especie de monstruo devorador o si se trataba del destronado Moon.
No lo sabe con exactitud.
Pasó toda la noche en angustia, pidiendo con lamento que lo dejaran salir, pero fue ignorado rotundamente hasta que el sueño lo venció y terminó por dormirse.
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Temprano por la mañana, escuchó un ruido a su alrededor, abrió sus ojos con pereza y se encontró con sus sirvientes buscando su ropa y empacando sus maletas.
-¿Qué-...?
-Veo que despertaste, Minnie. Buenos días. -su padre entró a la habitación dando órdenes para que los dejarán solos.
-¿Por qué están haciendo mis maletas?
-Dijiste que querían viajar y hacer un cambio por tu preparación a la corona y es justo eso lo que irás a hacer. Irás a Song Do, Min Hyuk sabrá decirte para que serás útil allá.
-¿Qué? ¡No, padre! ¡Cómo eres capaz de hacerme eso?
-Tú me diste la idea ayer, Minnie, y lo que más quiero es protegerte. -miró al muchacho con rostro afligido y él fue a su lado para abrazarlo -Eres mi hijo lleves mi sangre o no, y te amo tanto que no quiero que te pase nada malo. Me muero si descubro que por tu curiosidad tu vida se acabó.
-No me dejes ir, seré obediente, pero no quiero irme del castillo.
-La decisión ya fue tomada, mi vida. Tus sirvientes te prepararon tu baño, lávate y luego sube al carruaje qué espera por ti.
Jin Woo solo quería cumplir con una misión, y esa era, alejar por completo a su amado hijo de su curiosidad interna y buscar la manera de deshacer toda incertidumbre en su regreso.
No podía confesarle que él condenó a su sobrino, que lo maldijo y en su momento de angustia le dio la calle como a un perro salvaje.
«Maldito seas hasta el día de tu sanación y tus huesos se pudran hasta que la concepción».
Necesitaba que él estuviera a salvo si es que aun la bestia habitaba en el corazón de los árboles.
