La hora de decir adiós llegó, los reyes esperaban a su hijo en la entrada del castillo junto al pueblo que se había reunido para despedirlo.
Dong Min cabizbajo dio pasos lentos a ellos, donde al llegar sus padres besaron su frente y él lavó sus manos.
—Llenos sean de gracia del cielo y que el sol alumbre sus almas. Bienaventurados sean ustedes hijos de los dioses, defensores de la protección.
—Lleno seas, hijo mío, de sabiduría y perseverancia. Tu camino sea guiado en paz y la fortaleza te acompañe.
Hizo el ya conocido ritual de despedida y caminó al carruaje. Movió su mano a su pueblo y subió con una enorme tristeza, no quería ir a Song Do, no quería huir de su casa solo por su "protección". Tan guiado en su terquedad qué no comprendía la situación.
Ensimismado en que debía saber la verdad y descubrir todo, solo esperó que el atalaje de caballos robustos tirara de su carruaje para que, en el momento que cruzaban las salidas montañosas del pueblo, abriera y se tirara al suelo, comenzando a correr para no ser alcanzado por las caballería que lo resguardada.
—¡Su alteza, espere!
Corrió entre los árboles frondosos escuchando los pasos violentos de los animales y solo pudo mover sus piernas lo más rápido posible y buscar un camino donde sea casi nula su vista.
Sus pies iban tan veloz qué no se percató del estanque de agua cubierto de hojas secas a unos cortos pasos. Cayó con fuerza en las aguas sin darle tiempo de respirar, escuchando de lejos los pasos de los caballos y los gritos de sus sirvientes. Intentó salir de aquel hoyo profundo gracias al miedo que se apoderó de él cuando en eso, sintió unos brazos jalarlo y llevarlo a la superficie, brazos qué ni supo de donde salieron, pero al momento de ver la luz débil y oscura, se desmayó.
Un rostro animal.
Un cuerpo de humano.Sus ojos débiles fueron abriéndose mientras tosía, el agua salió por su boca y se asqueó horriblemente. La lluvia no permitió que terminara de reaccionar, miró a su alrededor y vio unos portones metálicos iguales a los que habían en la parte trasera del castillo y decidió entrar para resguardarse, a medida que caminaba en medio de la niebla y las gotas de lluvia, iba viendo un pequeño castillo con un luz en lo alto.
—¡Abran! ¡Por favor, abranme! ¡Se los ruego, por favor! —gritó lo más alto que pudo, pero se dio por vencido cuando no hubo respuesta. Decidió tocar la puerta y al primer toque, la puerta se abrió.
Entró con desconfianza esperando encontrar vida en aquel lugar, pero.. No era nada de lo que imaginó.
Su solo paso adentro le hizo estremecer, la puerta se cerró a sus espaldas y gritó. Se adentró con pasos lentos al desorden dentro. Las paredes rasgadas, la madera tirada por completo en el suelo, no había nadie allí, entonces... ¿Esa luz?
—¡Aah! —gritó al ver una silueta moverse de un lado a otro en medio de la oscuridad. —¿Qui-quien anda ahí? —exigió respuesta con más miedo que otra cosa.
Un rayo cayó cerca y eso hizo que se tirara al suelo y se tapara los oídos, siempre le ha tenido miedo a ellos y más ahora que está en un lugar desconocido.
—¿Ho...la...? — el reflejo de la luz que daba en su rostro fue cubierto por una imagen semejante a un lobo, dientes filosos, cuerpo robusto y en su rostro la demencia escalofriante.
—¿Quién demonios eres?
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The Prince ¦♕¦ binwoo
FanfictionCuenta la leyenda, que un hombre hermoso fue desterrado de sus posesiones al caerle una maldición por su avaricia y vanidad. Nadie supo nada, ni de quien se trataba, pero desde sus 6 años el pequeño príncipe Dong Min solo sabe una cosa: "Nunca vayas...