𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 | 𝐅𝐈𝐕𝐄 𝐗 𝐎𝐂

THREE

"¿Et tu Brute?"

TW: Sangre, apuñalamiento, entorno hospitalario, sangre, pelusa, ¡mayor de edad! Cinco. Un poco de angustia, pero sobre todo tonterías, maldiciones.

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"¡Cinco!" Gritaste, Cinco sintió que alguien le golpeaba la espalda baja. Se giró y atacó al objetivo detrás de él. Su puño impactó en la sien del hombre, haciéndolo caer de rodillas. En serio, ¿un tiro por la espalda? ¿Por qué estabas tan preocupado en primer lugar? Se estiró hacia atrás para frotar el dolor sordo en su espalda cuando sus dedos conectaron con el mango de una espada. Había un cuchillo en su espalda. Luchó contra cada impulso de sacárselo, sabiendo que estaría en una situación peor después de hacer algo así. Si no estuviera tan decepcionado por su falta de habilidades de conciencia situacional, se habría reído. Ser apuñalado por la espalda, ¿en serio? ¿Dónde estaban los 22 senadores esperando en las sombras?

Las misiones nunca son tan fáciles, debería haber visto la trampa obvia. Acorralar a un objetivo antes de que otro se acerque sigilosamente detrás de ti. Dejas escapar un gemido de dolor cuando el puño del hombre conecta con tu mejilla. Te tambaleas hacia atrás y te cubres la mejilla con la mano. Te echaste el pelo hacia atrás y le echaste un vistazo. Tu rostro decayó inmediatamente.

"¡No!" Gritaste, acercándote a él mientras le sacaban el cuchillo de la espalda. Sus piernas cedieron debajo de él, sus rodillas chocaron contra el pavimento debajo de él. Otra lesión más que añadir a la lista. Qué compañero tan estelar eres Cinco . Bajó la cabeza, con lágrimas en los ojos, calientes y pesadas que caían por sus mejillas. El objetivo detrás de él corrió, llevándose su cuchillo consigo. Saltaste, girando tu cuerpo mientras tu pie conectaba con la cara del objetivo. Enviándolo al suelo.

Giró el brazo violentamente detrás de él, tratando de cubrir la sangre viscosa que brotaba. Tenía menos de cinco minutos hasta que se desangró, oh, qué ironía de todo esto. Corriste hacia él y te arrodillaste.

"¡Mierda!" Siseaste mientras tu mano presionaba el agujero en su espalda. Cinco gritó y la bilis le subió a la garganta. Cerró la mandíbula con fuerza, conteniendo cualquier llanto y vómito. Millones de pequeñas agujas parecían estar clavándose en su piel.

"¿Puedes caminar?" Tu voz sonó a kilómetros de distancia, como si le estuvieras gritando desde un lado del Gran Cañón. Tu cabello había caído sobre tu cara, tus ojos muy abiertos miraban fijamente los de él. Intentó parpadear para alejar los puntos negros que llenaban su visión.

"¿Et tu Brute?" Susurró, colocando un mechón de cabello detrás de tu oreja. Tus cejas se juntaron en confusión mientras Five se reía para sí mismo. Su audición estaba disminuyendo lentamente, como si lo hubieran sumergido bajo el agua.

"A la mierda". Gruñeste dejando el maletín frente a ustedes dos. No. No lo harías. Volvió a mirar a uno de los objetivos, todavía tirado en el suelo. No había manera de que desperdiciaras una misión como ésta, no por él. Extendió la mano y sus dedos fríos cubrieron los tuyos.

"No", gimió, mientras la bilis subía por su garganta cuando las manchas volvieron a su visión.

"Sí." Dijiste con los dientes apretados mientras te girabas para mirarlo: "No voy a dejar que mueras aquí", dijiste mientras tu mano manchada de rojo y pegajoso cubría la suya. Al abrir el maletín, Cinco sucumbió a la oscuridad.

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El incesante pitido de las máquinas despertó a Cinco. Abrió los ojos de golpe, las brillantes luces LED lo cegaron momentáneamente. Se sentó, siseando mientras le palpitaba la espalda. Sin duda tirando de sus puntos.

"Oye, oye. Esta bien." Tu voz suave lo tranquilizó mientras tu mano cubría su hombro mientras lo presionabas con cautela sobre la cama.

"¿Qué?" Él graznó, con la garganta seca y áspera.

"Perdiste mucha sangre, así que tómatelo con calma". Bromeaste acercando tu silla a su cama. Tenía colocados tubos en los brazos y los líquidos bombeaban hacia su cuerpo.

"¿Cuánto tiempo estuve fuera?" Preguntó, girándose para mirarte, te habías quitado el traje. Un suéter suave colgando de uno de tus hombros, tu mejilla tenía un poco de hematoma morado. Suspiraste, sacudiendo la cabeza y una pequeña sonrisa apareció en tus labios.

"¿Ya estás pensando en trabajar?" Respiraste, una débil excusa de distracción.

"Dime." Dijo apoyándose sobre sus codos, el fuerte tirón de sus puntos le hizo estremecerse.

"Solo dos dias." Dijiste mientras tus manos regresaban a sus hombros, presionándolo contra la cama. Él cedió y puso los ojos en blanco mientras se recostaba.

"¿Y el objetivo?" Frunzaste los labios y alisaste su manta. "T/n." Él frunció el ceño al ver que evitabas la pregunta.

"Voy a recibir suficiente mierda de La Encargada, así que ¿puedes simplemente-?" Te detuviste, sacudiendo la cabeza, "¿Puedes decir gracias por salvarte la vida?". Intentaste tomarlo como una broma, pero él captó el ligero vaivén en tu voz.

"¿Por qué los dejaste escapar?" ¿Por qué no me dejaste morir?, es lo que quiso preguntar. No es como si le debiera lealtad. Pusiste los ojos en blanco y cruzaste los brazos sobre el pecho.

"Todavía no escucho un agradecimiento". Bromeaste, levantando la mirada para encontrarse con él.

"Gracias." Puso los ojos en blanco y se sentó en el cómodo silencio entre ustedes dos. Era algo que podía apreciar, sabiendo que ninguno de los dos tenía que decir algo para llenar el espacio. Podrías simplemente serlo. Pero la pregunta todavía le atormentaba en el fondo de su mente: ¿por qué? ¿Por qué los dejaste escapar? Fácilmente podrías haber dejado que Cinco se desangrara. Uno de los objetivos estaba inconsciente frente a ti, por el amor de Dios. Sin mencionar que este maldito lugar era tu vida. Por mucho que odiara tu lealtad eterna, también la admiraba. Encontró algún tipo de parecido con él mismo en usted, pues Cinco sus hermanos lo empujaron a seguir adelante. Su razón para levantarse todos los días, para salvarlos. Para usted, fue el encargo. "Sé lo mucho que significa este trabajo para ti". Entrecerraste la mirada e inclinaste ligeramente la cabeza. Una sonrisa comenzó a extenderse por tu rostro antes de mirarte las manos.

"Tal vez quieras decir más". Dijiste mientras te encogías de hombros. Cinco estaba seguro de que su corazón había dejado de latir, pero el electrocardiógrafo seguía emitiendo pitidos constantes.

"Oh." Dijo, incapaz de pensar en nada inteligente que decir.

"No puedo permitir que mi pareja muera encima de mí". Bromeaste, empujando ligeramente su hombro. Se quedó congelado como un idiota, observando cómo te levantabas y te limpiabas las manos en los pantalones. "Descansa, ahora que estás despierto no puedo evitar más a La Encargada". Pusiste los ojos en blanco mientras te apoyabas en la puerta de su habitación. "Por cierto, me debes una por eso".

"Aparentemente, estar dormido te ha ayudado a evitar a esa bruja por más tiempo del que deberías. Así que me debes una". Dijo, levantando las cejas. Te cruzaste de brazos, burlándote en falsa ofensa.

"Incluso en las puertas de la muerte encuentras la manera de ser un pequeño idiota sarcástico". Te reíste, Cinco no pudo evitar la sonrisa que se dibujó en su rostro.

"Por favor, te encanta". Dijo con una sonrisa.

"Quizás lo haga." Le devolviste la sonrisa antes de caminar por el pasillo y perderte de vista.

La habitual presunción de Cinco volvió a él en todo su esplendor. Apoyó las manos detrás de la cabeza, sintiéndose más cómodo en la cama del hospital. Quizás ser apuñalado tuviera sus ventajas.

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Creadora original y autora del capitulo es: @hihomeghere en Tumblr.