𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 | 𝐅𝐈𝐕𝐄 𝐗 𝐎𝐂

EIGHTEEN

Cinco Hargreeves x F! Lector

Autor: justasimp1

Jubilado

"Tu habitación es...interesante" Entraste a la habitación del hotel, mirando la configuración extraña, las sábanas que no coincidían. Cinco gruñó y se dio la vuelta en la litera de abajo. "¿Duermes?" Sonreiste, mirando su camisa tirada en el suelo.

"Me estoy tomando un tiempo libre para estas tonterías" Cinco bostezó antes de estacionar su cabeza en la puerta. "¿Cómo entrarías? Pensé que había cerrado la puerta con llave".

"Luther iba a perder la llave, así que la tomé" Te volteaste y colocaste el cerrojo en su lugar.

Te acercaste a su cama. Cinco se hizo a un lado para que puedas deslizarte dentro de la cama. Te recostaste a su lado y te volteaste para mirarlo. "¿Qué pasa si no todo está bien?" Susurraste. Cinco gimió, tapándose los oídos. "Cinco solo escúchenme. Cuando llegamos aquí, creo que sentí otra fuerza".

Cinco ahuecó tus mejillas, acercando tu rostro al suyo. Su lengua se asomó por la parte inferior de tus labios. Gemiste en el beso, agarrando las sábanas. "¿Puedes sentir esto?" Cinco suspiró y llevó la mano a su palpitante bulto.

Entrecerraste los ojos hacia Cinco. "¡Hablo en serio Cinco! Algo está mal" murmuraste, mirando cómo él avanzaba poco a poco hacia tus labios. Notaste la mirada en sus ojos mientras acariciaba tu costado. "Tal vez estoy un poco paranoica" Suspiraste, con una sonrisa en tu rostro cuando Cinco tarareó de acuerdo.

Besó a lo largo de tu cuello. "Sólo relájate" Cinco acercó tus caderas a las suyas. Gemiste, sintiendo su mano subiendo por la parte interna de tu muslo, apartando el dobladillo de tu falda. La sensación sensible encendió una luz en tus venas.

"Sigue" Tus músculos tensos se aflojaron en el colchón. Cinco continuaron frotando la hendidura húmeda de tu ropa interior. Su boca descendió por tu escote hasta tu abdomen. "Mierda" Gemiste al sentir sus dedos sumergidos en tu agujero y sus labios envueltos alrededor de tu clítoris.

Tus piernas se derritieron como mantequilla, abriéndose de par en par para Cinco. Cinco se rió entre dientes en respuesta, su dedo se estiró más profundamente dentro de ti. Masajeaste su cabello castaño, gimiendo ligeramente su nombre. Cada toque se sentía como una corriente eléctrica surgiendo a través de tu carne.

Tus piernas comenzaron a temblar, tratando de aguantar la poderosa sensación. Cinco siguió chupando tu carne empapada mientras mantenía sus dedos a un ritmo constante.

Todo iba bien hasta que alguien llamó a la puerta. Cinco se detuvo y se alejaron. "Oye, ¿puedes abrir la puerta? Creo que perdí la llave", murmuró Luther. "También saca tu trasero de aquí, tenemos que hacer un plan para recuperar a esos bastardos de alas rotas" Diego giró el pomo de la puerta frenéticamente.

"Hola Diego, acabo de pasar los últimos 20 días salvando al mundo dos veces. ¿Puedo tener cinco minutos para relajarme?" Cinco refunfuñó. Las botas de Diego resonaron por el pasillo. "Y solo Luther", añadió Cinco, sacudiendo la cabeza. "Correcto..." Los pesados ​​pasos de Luther resonaron por el pasillo del hotel.

Te sentaste y besaste a Cinco. "Tienes razón, literalmente nos salvaste el trasero. Deberías relajarte... solo" Sonreíste. "Gracias por la oferta, cariño. Pero prefiero pasar el tiempo contigo" Cinco se rió, devolviéndote el beso mientras te empujaba hacia las sábanas.

Aceptaste sus avances abriendo las piernas una vez más. Cinco se desabrochó el cinturón y bajó la cremallera. Cerraste los ojos y miraste hacia arriba. Tu visión bailaba con puntos en blanco cuando sentiste la penetración gruesa.

"Es como si estuvieras creciendo pero tu apariencia sigue siendo la misma" Lentamente parpadeaste para contener las lágrimas perdidas. "¿Debería ser un cumplido?" Cinco sisea mientras te empujaba más. Pones una mano alrededor de su cuello, acercándolo.

Su lengua se metió en tu boca, haciéndote ahogar. "Eres tan bonita" Cinco gimió por tu toque, inclinándose hacia tu agarre en su cuello. "Y tú también, chico amante". Giraste tus caderas, sintiendo su longitud pinchar tus paredes.

Cinco se estabilizó sobre tus caderas, sus manos agarrando la frágil piel, sus uñas clavadas en tu piel mientras te empujaba hacia adelante. Gemiste su nombre como un hechizo. "Joder" Cinco sintió que se debilitaba después de escuchar los gemidos que salían de tu boca.

Cinco se empujó hacia adentro, sus bolas tocando tu trasero. Empujó rápidamente, su punta dolorida pintando el líquido preseminal dentro de tu agujero. Bofetadas húmedas llenaron la habitación. El calor parecía consumir la atmósfera. Una fina capa de sudor cubría tu cuerpo.

Una pasión ardiente parecía alimentar tu mente. Podías hablar mientras Cinco seguía golpeándote sin piedad. Tus caderas comenzaron a acalambrarse mientras él mantenía tus piernas abiertas en exhibición.

Los colores inundaron tus ojos junto con el agua rebosando hasta el borde. Sollozos llenos de placer salían de ti mientras te aferrabas al colchón mecedor. Los tornillos de la litera chirriaban cada vez que Cinco se esforzaba demasiado.

"¿Se siente bien?" Cinco susurró, empujando tus piernas hacia su posición de sufrimiento. Asentiste, sintiendo que se te secaba la boca. Tus ojos siguieron el ligero pliegue que recorría los abdominales de Five.

Viste el anillo de resbaladizo que cubría su eje. Gemiste cuando Five se retiró, frotando su punta que goteaba en tu clítoris con un rápido movimiento circular. Echaste la cabeza hacia atrás, maldiciendo en voz baja.

Cinco podría permitir que esta agonía continuara para siempre. "Necesito correrme, por favor" suspiraste, arqueando la espalda una vez que él entra de nuevo. "Deberías haberlo dicho" Cinco se quitó los mechones de la cara.

Él empujó tus caderas hacia él, repetidamente. Tu pecho rebotó con la acción. Un bulto apretado se enroscó en tu estómago. Cerraste los ojos, buscando los nervios adecuados para activarse.

Cinco aplicó presión a tu clítoris. Su pulgar empujó el capullo hacia tu clímax. "Oh, mierda" gimió Cinco, su empuje temblando. Colocó un brazo junto a tu cabeza para sostenerse. Su cálida carga salió disparada, vidriando tu carne aterciopelada de blanco.

Sus suaves gemidos eran todo lo que necesitaba para convulsionar su polla. Tu propio blanco pegajoso sale de tu agujero, goteando sobre otros fluidos que ensucian las sábanas. Cinco besó tu frente, recostándose sobre tu pecho. Acarició su cabeza con tu calidez.

"He querido hacer esto desde hace mucho tiempo" murmuró Cinco. Tus ojos se abrieron en shock por el tiempo que había pasado desde que tuviste relaciones sexuales con él. "Te amo" murmuró Cinco. Te retorciste sintiendo su semen gotear de tu agujero.

"Yo también te amo, pero ¿podemos limpiarnos?" Te reíste y besaste la frente de Five.