Capitulo Tres (El principio del adiós...)

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Miró el reloj de pulsera... era ya la hora pactada, Elena estaba en la cocina de la casa, vestida de negro, el cabello suelto y un par de antejos de sol lo suficientemente grandes como para no verse gran parte de su maltratado rostro.

-No sé porqué accedes a todas las peticiones de esa familia...

-Sveta, por favor, era mi esposo...

-¡Un esposo que te golpeó durante dos años, y esa vieja maldit.a lo sabía y jamás hizo nada por ti Elena!

Elena respiró profundo y no le contestó a Sveta, solo miró al piso. De pronto se escucha unos bocinazos de auto, Elena levantó la mirada y se dirigió hacia la puerta de entrada, de la enorme casa, al llegar a ella se detuvo sin abrir...

-Sé que todo lo que dices tienes razón Sveta, pero hoy será un basta, hasta aquí.

Al abrir la puerta un hombre de unos treinta años estaba esperándola fuera.

-¿Estas lista Lena?

-No, pero debo hacerlo.

El hombre le sonrió, la tomó del brazo y la ayudó a bajar las escaleras del porche de la casa, se montaron al auto dirigiéndose al centro de la ciudad. A Elena la abrumaba el centro de la misma, pero ese día la observaba como nunca, con nostalgia. Al llegar a la dirección pactada, el hombre ayudó a Elena a bajar del auto y ésta perdió el equilibrio quejándose de dolor.

-No me importa lo que me digas Lena, a la salida de esto iremos a un hospital...

-Por favor Dima, si piso un hospital sabes que habrá problemas...

-No me importan los problemas y para eso me puedo ocupar yo...

-Lo veremos después de esto.

Dimitry Petrovic, abogado, amigo del fallecido hermano de Elena, los tres habían crecido en un barrio pobre de Moscú, Dima, como Elena lo llamaba, era un muchacho emprendedor y sagaz, cuando el hermano de Elena falleció, Dima cuidaba de Elena como su hermana, puesto a que había quedado sola en el mundo, dejaron su amistad cuando ella se casó con Boris Volkov, pero el día que los periódicos informaron la muerte de éste, Dima se acercó a Elena, sin aviso, después de dos largos años que ésta se le negaba, y cuando la vio entendió el porqué, Elena envuelta en la vergüenza solo se lanzó a sus brazos, Dima era lo único que le quedaba de aquella, aunque pobre, pero feliz niñez. Dimitry no se movió de su lado en toda la semana, estuvo al pendiente de ella y se ofreció desinteresadamente a ayudarla en el plan de Elena.

Subieron despacio la escalinata del enorme edificio.

-Llegó la hora de la función Lena.

-Ellos estarán felices Dima.

-Más feliz estarás tú cielo.

Dimitry le dio una cálida sonrisa, y se aventaron a la entrada del edificio, muy elegante y custodiado, subieron al ascensor, apretando el piso veinte, al llegar al mismo las puertas se abrieron para mostrar un enorme estudio de abogados, muy imponente, se anunciaron e inmediatamente fueron conducidos a un gran despacho y dentro estaban sentados Larissa y Oleg en unos sillones y más alejada Yulia, Dima apretó el brazo de Elena dándole ánimos, Elena suspiró.

-Pasen y tomen asiento... ¿El señor es?

-Soy el Dr. Petrovic, abogado de Elena... mucho gusto.

Dima les sonrió a todos y Larissa no aguantó y tuvo que hablar.

-Hay que ver lo rápido que a las mucamitas consiguen patrocinio...

Elena agachó la cabeza, y Dima iba a hablar pero fue detenido por Elena, Oleg calló a Larissa y Yulia se acercó...

La Intriga (fanfic t.A.T.u)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora