Capítulo cinco

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Draco Malfoy

Como todos los años, el carruaje nos acercó hasta el castillo. Parkinson me había dedicado una última mirada de furia al verme subir junto a Lya. Crabbe y Goyle se acercaron para poder subirse. Cerré de un estruendo la puerta del carruaje, causando un movimiento brusco. Me miraron con el ceño fruncido. Desde la ventanilla, la cual solo se veía mí rostro, les dedique una sonrisa de oreja a oreja.

-Ni lo sueñen.

Tres palabras fueron suficientes para que los dos panzones se subieran junto a Pansy y Zabini. Mí atención volvió a Lya, quien tenía los ojos hacia la parte delantera del carruaje. Pensé en como podría besarla y arrancarle el uniforme, que para mí sorpresa, le quedaba perfecto.

¿A quien demonios le queda perfecto el uniforme?

-¿Que son? -inquirio.

La mire confundido. Me acerqué hacia donde ella estaba mirando. Solo se veía el bosque desierto, no había nada.

-¿De que hablas? -le pregunté.

-¿No los ves? ¡Son magníficos!

Pensé que estaba perdiendo la cabeza, entonces salí del carruaje para ver qué era lo que tanto le llamaba la atención. Señalé la parte delantera del carruaje, ella asintió repetidamente desde la ventanilla mientras observaba con admiración.

Lya bajó las escaleras para posicionarse junto a mí.

-Thestrals.

La observé. Mí pícara curiosidad aumentó, debido a que sólo son visibles por aquellos que han visto la muerte. Trague saliva y tome su mano para subirnos a el carruaje otra vez.

Me pareció inoportuno realizar algún comentario al respecto, entonces me quedé callado y solo hablamos de cosas insignificantes.

Cuando llegamos a Hogwarts, de inmediato me di cuenta que las medidas de seguridad habían aumentado. La profesora Mcgonagall se llevó a Lya para presentarla en el banquete de bienvenida a todos los alumnos. Ocupe mí respectivo lugar en el gran comedor. Las miradas se fueron inmediatamente a Lya al ser nombrada junto a los de primer año. De a poco las voces, risas y tintineos comenzaron a hacerse más fuertes cuando el sombrero seleccionador comenzó a determinar las casas de los nuevos ingresantes.

Lya Petit

Me encontraba al final de la fila de los niños de primer año. Mí estómago se revolvía conforme pasaba el tiempo. Observé la mesa donde habitaba el color verde la cual recibí la mirada penetrante de Draco. Le sonreí para fingir que no estaba a punto de salir corriendo de allí, el respondió con un leve guiño con su ojo. Zabini solo observaba y secreteaba con Theodore Nott.

-¡Lya Petit! -inquirio la anciana mientras sostenía con sus manos el pergamino.

El mundo pareció detenerse. Mire de reojo a Weasley y Hermaione, quienes me devolvieron una sonrisa. Pero está vez había alguien con ellos. Me sorprendí al ver a Potter con manchas de sangre en su rostro, debido al golpe proporcionado por parte de Malfoy. El castaño de anteojos me dedicó una mirada extraña; hasta Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor, se había acercado flotando por encima del banco observando el rostro cubierto de sangre.

Al tener el sombrero en mí cabeza cerré mis ojos.

-¡Petit...Uhm...Valiente, eso es claro! Tu sed de conocimiento es fascinante e inspirador. Veamos, donde te pondré...

Mis ojos se abrieron al sentir ¡Slytherin!

El ruido de la mesa de los pertenecientes a la casa invadió el gran comedor, llenándome de alegría y entusiasmo. El banquete no tardó en ser devorado por todos, estabamos famélicos. Malfoy comenzó a difundir su hazaña con Potter, ganándose las risas de algunos. Observé de reojo a la mesa de los Gryffindor, me topé con los verdes ojos de Potter, quien parecía matarlo con la mirada a Draco.

todo lo que fuimos, 𝑑𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora