Perdón por dejar la historia en pausa, estuve con distintas situaciones personales que me limitaron a seguir con la historia.
Pero volví otra vez y si me permites, retomaremos la historia por donde la dejamos...
Draco Malfoy
La ira jugaba en mi contra en cada situación de mi vida y claro que el culpable no era yo.
La voz de mi padre, seca y prepotente se venía a mi mente cada vez que fallaba, aunque sea lo más mínimo como no tocar el piano de mi hogar, el cual de niño me intrigaba, o no sacar buenas notas en herbologia, no mirar con desagrado todo lo relacionado con muggles y sangres sucias y claramente no ganar un jodido partido de quidditch.
Mi episodio con los Parkinson había dejado secuelas entre ambos bandos. Miradas en los pasillos y cuchilleos entre compañeros.
—No es para tanto —emitio Zabini mientras masticaba nuez confitada.
—Opino lo mismo —Astoria, quien extrañamente habia vuelto a tener un acercamiento a Theodore, miró con el ceño fruncido a los primos que no desviaban su atención de nosotros.
Mientras acariciaba el suave cabello de Lya, quien se encontraba reposada en mi pecho, Theodore comenzó a jugar con la snich que Potter había capturado. El patio se encontraba tranquilo y repleto de estudiantes a la espera del profesor Snape, quien nos guiaría a una visita a Hogsmade.
—¿Joder, de donde la robaste? —exclamo Zabini quitándole el pequeño artefacto a Nott.
—Le pague quinientos galeones a un mocoso de segundo año para que lo robara —contesto Theodore orgulloso.
—Joder lo hiciste millonario.
Theo me miró sonriendo con nuez entre los dientes. Mientras el profesor Snape acomodaba los grupos para la excursión, Zabini me aparto de la multitud con el seño fruncido.
—Lya tiene un plan —susurró.
Lo mire expectante recordando el juramento inquebrantable, las heridas en mi brazo y las mil maneras de terminar en la enfermería por un jodido plan de Lya.
—Violett, su mejor amiga la estará esperando en Honeydukes —confesó mientras las hojas de los arbustos disfrazaba nuestra presencia.
—Joder...
—Se le escapó durante el desayuno. Draco, debes mantenerla al tanto de este juramento. Es lo mejor para ambos.
Apoye mi cabeza en el frío mármol de los pasillos. Rendido. No había otra manera de mantener a Lya a salvo si ni ella era capaz de hacerlo. Millones de preguntas atormentaron mi ocupada cabeza. ¿Y si Violett en realidad no era Violett? ¿Y si era alguien que quería hacerle daño a Lya? ¿Y si era el padre y delataba todo el plan?
—¿Porque demonios no le hablan sus propios padres? —Zabini se enojó.
—Es un misterio.
Mientras tomaba a Lya por los hombros nos adentramos a la excursión. Me prometí no despegarme de ella ni un segundo, tal vez si la acompañaba a su encuentro no le pasaría nada a mi cuerpo.
—Me encanta ser alumno de sexto. Además, este año tendremos un montón de tiempo libre, horas enteras sin clases que podremos pasar aquí sentados, descansando —exclamo Theodore mientras se acomodaba en una cómoda silla de una cafetería.
—Tal vez el tiempo libre es para realizar las millones de tareas que nos dan en las asignaturas Theo —espeto Lya quien miraba ansiosa el reloj.
Mire por encima del hombro de Zabini la mesa en la que se encontraban los primos Parkinson, y extrañamente Pansy estaba bebiendo un zumo de calabaza. Jamás bebía zumos.
—¿Tu novia está a dieta, Nott? —pregunto Lya sonriendo.
Theo miró por encima del hombro de su amigo. Su rostro estaba pálido.
—Que graciosa Lya.
Luego de tres rondas de cerveza de mantequilla decidimos irnos del lugar. La nieve tapaba nuestros pies, mientras que la luz de la mañana se colaba por los edificios. Observé el colegio a lo lejos, me pregunté cuánto tiempo duraría está paz, cuánto tiempo duraría matar al anciano y cuánto tiempo me llevaría quitarle el enojo a Lya cuando se entere de la puta verdad.
—Ya se a dónde te diriges.
—Draco...
—Lya no puedo dejarte ir sola —la tomé del hombro para detener sus pasos apresurados.
—Es mi amiga ¿Sabes lo que es no ver a tus amigos durante meses? —quito mi mano de su hombro con fuerza, pero la tomé en mis brazos rápidamente.
Note la rabia y tristeza en sus ojos. Me lamenté ser tan persistente, pero se trataba nuestro propio bien.
—¡Dejame ir Draco! —bufó mientras intentaba salir de mi agarre.
—Iremos los dos —la mire seriamente—. O no irás.
Ella se calmó y limpio su nariz. Blaise, quien miraba alarmante a lo lejos parecía dispuesto a ayudar por si Lya escapaba.
—Bien maldita sea, vamos.
Sonreí ante sus palabras y comenzamos a caminar a paso acelerado hacia Honeydukes. Al llegar a la tienda, la cual resaltaba de la multitud por su color verde, nos adentramos. Su amiga Violett, una muchacha de cabello rojizo y ojos oscuros se mantenía a lo lejos con su rostro cubierto por una negra tela de su tunica. Su semblante cambió al vernos juntos, tomé a Lya por los hombros para acercarme a ella.
—Te esperaré afuera si lo prefieres —espete un poco más tranquilo al ver que no era una trampa.
Ella sonrió aceptando mi propuesta mientras se acercaba hacia la pelirroja. Observé por la ventanilla desde afuera cómo Violett abrazaba con fuerza a su amiga.
Lya Petit
—Es guapísimo —exclamó Violett mientras observaba a Malfoy desde dentro de la tienda.
Malfoy llevaba media hora en el mismo lugar, por suerte Blaise había llegado para hacerle compañía.
—Joder y su amigo también —sonrei ante las palabras de Violett.
Mire el suelo, buscando las palabras para afrontar aquel tema del que tanto deseaba hablar.
—¿Que sabes de mis padres?
A pesar de la cantidad de gente que había dentro de la tienda, se generó en mi cabeza un silencio sepulcral. Violett no respondió luego de largos segundos que parecieron horas.
—No...No lo sé.
—Mientes.
—Realmente no lo sé —me observó con los ojos bien abiertos—. Se rumorea que...
La tensión nació desde mis pies hasta el resto de mi cuerpo. Mi corazón palpitaba tan fuerte que creí que saldría de mi pecho.
—...están unidos al innombrable.
Mi boca se secó completamente. Pero no me sentí sorprendida. La decepción inundó mi mente y mi cuerpo.
—Solo son rumores Lya. No hay porque preocuparse, ellos buscarán lo mejor para ti.
Lo único que se vino a mi mente fue Malfoy. El lo sabía, y nunca tuvo el coraje de decírmelo. ¿Realmente mis padres sabían lo que hacían? Realmente no lo sé, pero me mantenía tranquila saber que eran fuertes.
Ser entrenadores de dragones no es tarea para cobardes, y aún más en momentos tan peligrosos como los que estábamos viviendo. La pregunta era...¿Porque me dejaría a cargo de Malfoy? ¿Realmente son una familia tan fuerte como la mía?
—Ellos me dejaron esto para ti —Violett me entregó una caja color azul oscuro con detalles que brillaban—. Fui a visitarte luego de la primera semana de tu ida, tu elfo domestico respondió y me entregó la caja. Debes abrirla a solas y guardarla en algún lugar secreto.
—Te extrañé Violett.
—Yo a ti cariño —ella me tomó por los hombros para salir de la tienda.
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todo lo que fuimos, 𝑑𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦 +18
FanficEn su sexto año en Hogwarts, Draco Malfoy se ve envuelto en una trama inusual cuando Lya Petit, una nueva estudiante proveniente de una familia adinerada y famosa por su destreza en el entrenamiento de dragones, es confiada a los cuidados de los Mal...