SesshomaruA veces me encantaría dejar de levantarme temprano. Disfrutar de mis 26 años de vida y andar de vagabundo en el pent-house. De veras me encantaría hacerlo. La alarma no es un problema; el problema es una maldita que se acaba de sentar sobre mi espalda y se le ha ocurrido la genial idea de saltar sobre mí.
¿Debería acusarla de abuso físico? No. Kagome es una chiquilla estúpida con la misma cantidad de capricho que de dólares. Hacer una denuncia contra ella sólo duraría medio minuto en comisaría.
-¡Buenos días, Sesshomaru! Levántate. ¡Hey! Te estoy hablando. Sé que estas despierto. Tu ceja levantada te delata.
No me puedo quejar. Antes yo era el insoportable problemático que la molestaba día y noche. Fui así de malagradecido hasta que comprendí que ella sólo quería darme una nueva vida y hacerme cambiar.
Suelto un pesado suspiro y apollo las manos en la cama. Me levanto subiendo mi cuerpo con el de ella sobre mi espalda y todo el peso lo recogen mis brazos. Escucho a Kagome reír. Hacer flexiones con ella sobre mi es algo normal entre los dos y también me sirve de ejercicio físico para calentar en las mañanas de pereza absoluta.
Termina por bajarse sobre mi y yo salgo de la cama; metiéndome en el baño y a los 20 minutos saliendo con una toalla envolviendo mi cintura. Se me vuelve a acercar, no sin antes haber dejado la ropa que escogió para mi sobre la cama, y me abre la toalla.
-Hoy te creció un centímetro. - dice.
Niego con mi cabeza. El pene por día no me va a crecer y mejor que así no sea. Me cargo buen pedazo de carne; que me crezca más hará que no me suban los calzones y no me cierre el pantalón.
-Deja de jugar y ve a prepararme algo. Muero de hambre. - le digo. Ella rueda los ojos y se sienta en el sofá cercano a la ventana que da vista a la ciudad. -¿Pasó algo que estás más temprano de lo normal aquí?.
-¿No puedo venir a verte?. - me mira sacando un cigarro.
-Seis veces a la semana ya es demasiado. - dejo caer la toalla y me voy vistiendo bajo su mirada azul. -¿Qué pasó?.
Ella exhala el humo blanco.
-Mi padre me pidió que fuera a París. Supuestamente hay unos problemas con las decoraciones para el hotel. Ni siquiera eso pueden hacer bien los franceses.
Me acerco a ella con la camisa a medio abotonar y le arrebato el cigarro. Hace una cara rara junto con puchero pero no dice nada. Le doy una calada al porro y lo tiro al suelo; aplatándolo con el pie al instante.
-Luego no te quejes de las quemaduras en tus talones. - río ante su comentario.
-¿Cuándo me he quejado?.
Kagome suspira y sale de la habitación hacia la cocina. Le sigo los pasos y veo a Mioga, mi chef personal, con el desayuno casi listo. Charlotte, una irlandesa a mi servicio, va poniendo los platillos listos sobre la mesa. Kagome se sienta y empieza a comer unas fresas con miel que estaban recién servidas. Me mira provocativa mientras se come las frutas embarradas con ese líquido amarillento.
Tiro la servillena al suelo y la miro con una cara de enojo. Ella ríe. Sabe el motivo por el cual me he puesto así.
-Que gracioso eres, Sesshy.
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SESSHOMARU: Alas fuera del burdel.
Fanfiction"La verdadera historia de mi vida" Sesshomaru era hijo de una prostituta. A los 7 años su madre lo vende a un burdel ilegal para cerrar sus deudas. Su vida pasa dentro de ese lugar hasta los 20 años cuando es comprado por una mujer en una subasta. ¡...