A Jimin lo traicionaron. La realeza lo engaño y llegó a un punto donde tocó fondo. Decidió tomar venganza, pero al contrario de lo que pensarían, no lo haría solo, Min Yoongi lo apoyaría, aquel hombre que le juró amor y al que inevitablemente aprend...
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Finalmente había llegado el día de la boda real. Todo el mundo dentro del palacio se encontraba apurado, tratando de hacer lucir todo perfecto.
—Recuerda Yeolsan, primero será la coronación y después la boda. —hablo el rey mientras Yeolsan era arreglado.
—Lo sé perfectamente padre. ¿Han sabido algo de Jimin? —pregunto.
—No, nadie sabe nada del chiquillo, solo se sabe que fue rumbo al bosque porque los guardias lo vieron, pero los idiotas no lo detuvieron.
—Ese maldito estúpido, le advertí que sería mi amante. Y en cuanto lo encontremos, te advierto padre, que si lo tocas te cortare lo que cuelga de tus piernas, porque es mío. —Yeolsan sentía una obsesión muy grande por Jimin, después de tomarlo su deseo por él incremento.
—Como digas hijo. —Teosan no era tonto, sabía bien que su hijo era más fuerte que él por venir de una bruja.
De hecho, así funcionaba, cualquier criatura podía casarse con quien quisiera, lo que nacía de aquellas uniones era siempre un misterio, podía nacer una criatura con solo una característica mágica o podía nacer con ambas, con una más presente o la perfecta combinación. Actualmente era muy raro encontrar a una criatura pura.
—No estoy bromeando padre, recuerda que mamá me heredo algunas de sus habilidades.
Las horas pasaron, la boda estaba a nada de comenzar. Los invitados comenzaron a llegar, varios reinos habían sido invitados.
—¡Ante ustedes los reyes del Reino de Abned!
Todo el mundo llegaba al gran salón, donde se llevaría a cabo la boda. Este salón era enorme, las bancas a los costados dejaban un gran espacio de pasillo para la entrada de la novia.
Las familias reales llevaban grandes regalos como símbolo de apoyo a la unión y hacían grandes entradas para demostrar su poder, entre más extravagante era la entrada, más poder se tenía.
—¡Taehyung! Lleva nuestro regalo al lugar que corresponde y hazlo rápido, inútil. —mandaba la reina de Abned.
—Si mi señora. —respondió serio el sirviente.
Con paso apresurado, el sirviente se dirigió al lugar donde todos estaban colocando sus regalos. Lamentablemente el tamaño del regalo no le permitió observar bien el camino y termino chocando con otra persona.
—¡Estúpido sirviente! —grito la persona con la que había chocado, llamando la atención de las personas que estaban a su alrededor. Taehyung bajo la mirada, disculpándose y recogiendo lo que se cayó. —¿De qué Reino eres? —reclamo Jafar, rey de Natchez, un vampiro.
—Perdone, su majestad, recibiré el castigo qué me imponga. —hablo rápidamente TaeHyung, hincándose ante el rey y bajando la cabeza. Todo de forma exagerada e irónica.