A Jimin lo traicionaron. La realeza lo engaño y llegó a un punto donde tocó fondo. Decidió tomar venganza, pero al contrario de lo que pensarían, no lo haría solo, Min Yoongi lo apoyaría, aquel hombre que le juró amor y al que inevitablemente aprend...
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La nieve había dejado de caer unos minutos atrás. Aunque el sol no tenía ánimos de salir el día había llegado. Habían pasado tres meses después del enfrentamiento y Winterless se alzaba feliz de haber superado aquella catástrofe con buenos resultados. Gracias a la magia todo aquello que había sido destruido regreso a la normalidad.
El cielo y el infierno se habían quedado sin rey, pero eso a los reinos terrenales no podría importarles menos.
Las vidas que se perdieron fueron conmemoradas en una ceremonia en su honor y un desfile por Winterless, donde a las familias afectadas se les dio todo el apoyo. Entre los conmemorados estaba Tycheros. A quien Jimin extrañaba, pero sabía que probablemente estuviera bien en donde sea que estuviera.
Exactamente hoy Winterless estaba de manteles largos. Por fin la boda de su emperador estaba a punto de suceder.
—No estes nervioso —le decía Seokjin a Jimin quien no se dejaba de mover—, no me dejas arreglarte.
—Perdón, pero estoy muy emocionado —se defendió Jimin—, por fin me voy a casar con Yoongi.
—Si, ya lo sabemos —dijo Jungkook—, aunque realmente no sé qué cambia con que se casen si ya hacen todo lo que los esposos.
Seokjin miro mal a Jungkook antes de soltar una risita. Jimin casi de sonroja, pero mantuvo la compostura.
—Pues es diferente —empezó Hoseok—, porque puedes dejar de llamarlo prometido para llamarlo esposo.
—Eso y que al hacer el juramento tienen la oportunidad de encontrarse en su siguiente vida —completo Seokjin, maquillando a Jimin.
—Aparte de que es un momento mágico —hablo Jimin—, pensar en que la persona que amas esta dispuesto a jurar estar contigo para siempre hace que una felicidad enorme crezca en tu pecho.
Todos los presentes comprendieron las palabras al pensar en su persona especial. La puerta fue abierta por un rubio.
—¡Aquí esta el traje! —hablo Sanji teniendo en sus manos el traje con el que Jimin contraería matrimonio.
