A Jimin lo traicionaron. La realeza lo engaño y llegó a un punto donde tocó fondo. Decidió tomar venganza, pero al contrario de lo que pensarían, no lo haría solo, Min Yoongi lo apoyaría, aquel hombre que le juró amor y al que inevitablemente aprend...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un canto se escuchaba en aquellas solitarias paredes, cuerpos desmembrados y sin vida se extendían a lo largo de aquel gran salón. Jimin descansaba sentado en el trono que había sido de Hilario, mientras cantaba aquel canto que le enseño su nana.
Aquella escena de él sentado en el trono con los cuerpos de los cazadores a su alrededor, las paredes azules machadas de sangre y la poca luz del salón creaban una atmosfera espeluznante.
Había terminado de luchar con esas criaturas hace unos segundos, estaba cansado, pero se enderezaba triunfante. Los había vencido, pero no sabía dónde estaba ni tenía fuerza para poder moverse, debía esperar a Yoongi. Estaba seguro de que no tardaría en llegar por él.
El viaje al reino infernal lo había dejado terriblemente cansado. Apenas logro salir de Solaris, aquel doncel había sido más fuerte de lo que pensaba.
—Zack, que bueno verte —a aquella sala entro Emir, la mano derecha del rey del inframundo, con una gran sonrisa—, ¿Qué te trae por aquí?
—Me gustaría presentarme ante a usted con buenas noticas, lamentablemente no es así —hablo rápidamente tratando de regular su respiración agitada por los nervios.
Emir lo miro manteniendo su sonrisa, aunque esta vez la tenia de forma tensa.
—Debo admitir que no me agradan las malas noticias —hablo Emir después de un momento de silencio—, a nuestro rey tampoco le gusta saber eso, así que dime que es lo que consideras una mala noticia.
Zack asintió varias veces, trago saliva intentando disipar los nervios que conllevaba decir algo que no le agradaba al rey de los demonios.
—Han matado al conde Hilario —hablo con voz temblorosa.
Emir lo miro con duda, ¿el monarca de Summerless se había dado cuenta de que tenía un cazador de muneras en su monarquía? Imposible, si él mismo se había encargado de ocultarlo.
—¿Quién lo mato?
—No lo sé con certeza, pero cuando masacraba a todos los que estábamos ahí, se hizo llamar el emperador consorte. —hablo recordando a aquel doncel de ojos fríos y poder casi infinito.
Emir frunció el ceño por un momento, eso significaba que aquel doncel si era una amenaza. Tal vez comenzaba a ser momento de visitar personalmente al emperador de las cuatro estaciones.
