A Jimin lo traicionaron. La realeza lo engaño y llegó a un punto donde tocó fondo. Decidió tomar venganza, pero al contrario de lo que pensarían, no lo haría solo, Min Yoongi lo apoyaría, aquel hombre que le juró amor y al que inevitablemente aprend...
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—Este es tu quinto regalo de la semana de otoño —hablo Yoongi entregándole a Jimin una cesta de frutos que nunca había probado.
—Mandarinas —respondió Jimin asombrado— las había visto una que otra vez, pero jamás las había probado.
Se encontraban en el palacio del invierno, estaban en su habitación. Habían pasado cinco días desde lo ocurrido en Summerless y Jimin ya se sentía mejor, incluso había retomado sus clases y terminado algunas de ellas.
—Pues esta cesta es toda tuya —sonrió Yoongi—. Mañana será la cena de aceptación te llevare a un bosque en Hoartfrost —menciono acariciando su cabello con delicadeza.
—Claro, estaré ansioso —respondió inclinando su cabeza contra la suave mano.
—No me gusta tener que dejarte todo el día de hoy, pero debo ir a la reunión de los monarcas —hablo Yoongi con pesar.
—Lo sé, deben resolver cosas importantes —consoló Jimin jalando a Yoongi para besarlo. El pelinegro acepto mas que gustoso aquel beso.
—Llegare mañana temprano para partir —hablo cuando se separaron, dejando sus frentes juntas—, así que deberás prepararte temprano y abrigarte bien, la brisa es helada.
Jimin asintió y después de compartir unos besos más, Yoongi salió de la habitación, dejando a Jimin suspirando enamorado.
Después de arreglarse, Jimin bajo al comedor a desayunar. Ahora el palacio estaba cubierto de hojas secas y ramas de árboles, también había una que otra fruta adornando. Ya no era rojo y amarillo, ahora era café y naranja.
—Vaya, ya estás aquí —hablo Taehyung sentándose y esperando el desayuno que sin tardar llego—, pensé que como Yoongi se había ido a la reunión de monarcas temprano estarías adolorido.
Jimin entendió perfecto la referencia de Taehyung sobre haber hecho el amor con su prometido, pero en lugar de ponerlo tímido, una gran sonrisa surco sus labios.
—De hecho, lo hicimos en la noche y hoy antes de que él se levantara —Taehyung lo miro y comenzó a reír fuerte.
—Ustedes dos son unos calenturientos —acuso Taehyung sonriendo.
Por la puerta entro Iridea, llevando en sus manos algunos de los frutos que se daban en las paredes del castillo. Taehyung y Jimin la miraron serios no olvidando las pequeñas cosas que había estado haciendo en contra de Jimin.
—Emperador consorte Jimin —hablo Taehyung queriendo que la mujer lo escuchara— ¿cuándo echara del castillo a la basura que aún está dentro?
—En cuanto la corona este en mi cabeza —hablo con voz tranquila— me deshice de un reino completo, puedo perfectamente deshacerme de la basura de mi palacio.
Iridea fingió no escuchar, estaba harta de aquel doncel, pero pronto lo quitaría de su camino. Junto con otros ya había armado su plan y ahora sin el emperador aquel estúpido no seria nada en contra de ella, una bruja experimentada.
