Capítulo 10 |2 para 2

62 9 7
                                    

Cuando dije que me fui a dormir, mentí. Me quedé toda la noche hablando con Saúl. A pesar de que yo pensaba estar absolutamente colada por Caco, Saúl me hace sentir... Algo.

Para poneros en contexto sobre nuestra charla nocturna, le estaba contando cómo me sentía de pequeña cuando mis padres pasaban olímpicamente de mi por estar trabajando, desde entonces siempre pongo en riesgo mis estudios para que la gente se fije en mi... Es un comportamiento de niña pequeña, lo sé.
Lo peor es que toda la conversación fue por llamada y no pude abrazarle.

¿Para qué quieres más ojos mirándote si ya tienes los míos, que solo te miran a ti?—Me preguntó.

—Yo..—Me quedé sin palabras, nadie nunca me había hablado así.—Eres el mejor ¿Sabes? Me has cambiado la vida, no quiero que esto sea solo un cliché.

¿Un cliché? ¿Qué es eso? ¿Se come?—Dijo en tono de burla.

—¡Ja,ja,ja! No, tonto. Pero tampoco soy tu profesora de literatura y no te lo voy a explicar.

¿Me acabas de llamar tonto? Pues a este tonto le estabas besando, hace no mucho.—Dijo soltando una pequeña risa, adorable.

—Bueno, en eso no necesitas clases.—Contesté con una sonrisa que no me cabía en la cara.

Ay, me voy a sonrojar, tonti.—Dijo burlándose de mi.

—Siempre sabes como animarme, imbecil.—Contesté.

Si mi madre nunca se hubiera quedado embarazada, nunca habría tenido que ir a este internado, pero sí que habría ido a la boda, ósea que ahora mismo podría estar abrazada a Saúl.

—Ven a por mí.—Le pedí, sabiendo que eso era imposible.

¿Qué?—Preguntó sin entender nada.

—Que vengas a por mí, yo no quiero estar aquí y tú, quieres estar conmigo. Todos ganamos.

Bueno, no tengo coche pero si hace falta pedaleo toda la noche.—Me dijo vacilando.

—¿Sí? Que caballeroso. Lastima que con tu pésima capacidad deportiva llegarías aquí el siglo que viene.—Dije con intención de picarle.

Vaya, ahí me has ofendido. ¿Mala capacidad deportiva? ¿YO, Saúl Roca?—Dijo sin creérselo.

—No sabía que te llamabas Saúl Pierda, pero sí, tú.

Muy graciosa.—Dijo en tono más serio.

—Pues a esta graciosa la estabas besando hace no mucho.—Contesté imitando su anterior frase.

Entonces nos empezamos a reír los dos mucho.
Saúl es muy atento y cariñoso pero no le conozco mucho personalmente, así que me lancé a hacerle una pregunta atrevida.

—Cambiando drásticamente de tema, sé que eres el hijastro de Rosabel ¿Pero dónde están tus padres?—Pregunte con miedo a que se lo tomara mal.

—Pues, mi padre casado con Rosabel.—Contestó, y después procedió a toser, como si estuviera a punto de decir algo importante.—Y... Mi madre falleció el año pasado.

—Lo siento muchísimo...

No, estoy bien.—Me dijo secamente.

—¿Os llevabais mal?—Pregunté.

—No, era la mejor, pero estar mal no la va a traer de vuelta.—Contestó después de un corto silencio.

—Estar mal, está bien.—Dije sin saber que más decir.

Secret WhispersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora