Capítulo 3 | El agradecimiento

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5h antes ...

—¡MANTEQUILLAAA! Tiene que acabar ya tu costumbre de dormir con tu culo en mi cara.—Dije apartándole de mi.

—¡Quiero dormir!—Dijo Berta medio dormida.—¿Ya es la hora?

—No, aún faltan 2 horas, aprovecha y duerme, a mí ya me ha despertado Mantequilla.—Dije estirándome.

Bueno, ya que no me voy a poder volver a dormir lo mejor que puedo hacer es aprovechar la mañana, aunque no me pueden pillar porqué la hora en la que está permitido salir de los cuartos es a las 7:15 y ahora son las 5:15 así que ¿Porque no me doy una vuelta por ahí?

Me levanté y fui a cepillarme el pelo y los dientes, me puse ya el uniforme (Repito por quinta-cuarta vez que es la cosa más fea que he visto)

Salí del cuarto sin hacer ningún ruido y fui de puntillas para no hacer ningún ruido y así evitar que me pillaran, pero para mi sorpresa nada más pasaron 2 minutos ahí fuera y ya tenía unos ojos clavados en mi. Alcé la vista y pude ver a Greta, la hermana de Máximo, que ahora que lo pienso, ayer nadie le dio nada de conversación.

Le saludé con la mano y ella me hizo un gesto de que la siguiera.

—Hola.—Susurré

—Sé donde hay un sitio increíble, sígueme.—Me dijo hablando bajito.

Estuve dudando si seguirle o no ya que por mucho que no lo parezca, sigue siendo la hermana de Máximo, pero finalmente accedí, pues no tenía otra cosa que hacer.

Le estuve siguiendo y me guió hasta una habitación prácticamente vacía.

—Wow...—Dije sin estar impresionada, pues era una habitación cualquiera.

—¡Ten paciencia!—Dijo, aún susurrando.

Se adentró en esa habitación y empezó a pisar el suelo con fuerza , provocando mucho ruido.

—¡Harás que nos pillen! —Le dije tratando de no hacer ruido.

—Confía en mi.—Me insistió.

—Es que parece que estás bailando Claqué.—Le dije.

De pronto ella levantó una de las tablas del suelo y cogió una llave. Estaba sorprendida ¿Como sabe eso si lleva un día aquí?

—¿Sabes el armario que está al lado de los baños del segundo piso?—Me preguntó.

—¿El que siempre está cerrado?

—Ese mismo, está llave lo abre—Me explicó.

Fuimos hacia los baños y abrió ese armario, para mi sorpresa, en vez de encontrarme con productos de la limpieza o escobas.

—¿Un sótano?—Dije sorprendida.

—No, tonta, es mucho más que un sótano.—Me dijo.

Subió conmigo las escaleras y más que un sótano parecía un bar, habían neveras llenas de refrescos, despensas con comida basura (En el internado solo nos dejan comer comida así los sábados) Y había Pufs y por toda la pared había pósters de películas y videojuegos.

—¿Magnifico, verdad?

—S-sí pero tengo muchas preguntas.—Le contesté.

—Simplemente, disfrútalo. Coge lo que quieras.

Me senté en un puf verde y ella en uno rojo y me empezó a explicar que Máximo no era su hermano de verdad, si no que era el hijo de la nueva mujer de su padre y que él es así porque su padre biológico le pegaba y le gritaba.

Secret WhispersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora