CAPÍTULO 44

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Pov. Camila

No había manera en el infierno de que yo le diga a mi padre que estaba suspendida. Hoy no. Acaba de llegar y no quiero más drama por hoy. Creo que es suficiente. Nos subimos al auto de Simon después de guardar todo el equipaje.

-Así que. ¿Eres nuevo en la ciudad? -Preguntó mi padre.

Genial, ahora empezará con su interrogatorio.

-Me fui por un tiempo. Mi madre quería alejarse de todo. -Dijo Simon.

Ojalá pudiera hacer eso. Es justo lo que necesito.

-¿Eres novio de mi hija? Porque si es por Camila, nunca me enteraría de sus relaciones. Es algo reservada. -Oh, no. Mi padre no acaba de decir eso.

¿Me puedo tirar de la ventana ya?

-Oh, no. Sólo somos amigos. -Dijo Simon nervioso.

-Eso suelen decir todos. -Dijo mi padre y yo me moría de la vergüenza.

-Su hija es una chica increíble, pero no estoy interesado en ella. -Él volteó a verme y yo sólo le sonreí nerviosa.

¿Por qué los momentos incómodos siempre están tan presente en mi vida?

Después de que mi padre decidió callarse, llegamos a casa. Dios, pensé que jamás llegaríamos. Mi padre y Sonia bajaron todo el equipaje y entraron a la casa.

-¿Entonces soy una chica increíble? -Le dije burlona a Simon.

-Sólo quería darle una buena primera impresión a tu padre. La verdad es que eres un desastre, Bordonaba. Y a veces me pregunto por qué somos amigos. -Dijo burlón.

-¡Já! ¿Pero qué dices? Sabes que no hay nada que te haga más feliz que mi amistad.

Su sonrisa desapareció y se quedó callado. Genial, ¿ahora qué dije?

-Me tengo que ir. Descansa, lo necesitas. -Dijo quitando el mechón de pelo que caía de mi cara.

-Sí, supongo. Mañana mi padre me dará un horrible sermón.

Él rió y yo abrí la puerta para entrar a casa. Por lo menos mi día no terminó tan mal después de todo. Y todo gracias a Simon.

-¡Eh, Camila! -Gritó Simon a lo lejos, justo entrando a su auto.

-Dime.

-No pienses en él...

+++

-¿Suspendida? ¿Me voy unos días y te suspenden? -Exclamó mi padre enojado.

-Lo siento, ¿sí? -Dije bajando la mirada.

-Me imagino que tenías una buena razón para golpear a esa chica. -Sonia intento ayudarme y yo sonreí.

-Oh, ¡no tienes ni idea! No me arrepiento de haberlo hecho. Esa chica es Satanás, Sonia, lo juro.

-Oh, te entiendo. Cuando tenía tu edad, había una chica justo así en mi escuela. Esas son las peores. -Expreso riendo.

-Y las encuentras en todos lados. -Agregue y reí.

-¡Bueno ya! -Gritó mi padre, haciendo que Sonia y yo termináramos nuestra conversación. -Camila, ve a tu habitación. Ah y no saldrás esta semana, así que dile a tus amigas porque te quedarás aquí encerrada en tu habitación.

-Cómo sea. -Exclamé y subí a mi habitación.

Me tiré en mi cama y cogí mi móvil. Tenía algunos mensajes que mandar, en especial a Jazmin. Tenía que hablar con ella y pedirle perdón, fui algo grosera.

• Eres mía, pequeña || Benjamila •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora