Pov. Camila
No había manera en el infierno de que yo le diga a mi padre que estaba suspendida. Hoy no. Acaba de llegar y no quiero más drama por hoy. Creo que es suficiente. Nos subimos al auto de Simon después de guardar todo el equipaje.
-Así que. ¿Eres nuevo en la ciudad? -Preguntó mi padre.
Genial, ahora empezará con su interrogatorio.
-Me fui por un tiempo. Mi madre quería alejarse de todo. -Dijo Simon.
Ojalá pudiera hacer eso. Es justo lo que necesito.
-¿Eres novio de mi hija? Porque si es por Camila, nunca me enteraría de sus relaciones. Es algo reservada. -Oh, no. Mi padre no acaba de decir eso.
¿Me puedo tirar de la ventana ya?
-Oh, no. Sólo somos amigos. -Dijo Simon nervioso.
-Eso suelen decir todos. -Dijo mi padre y yo me moría de la vergüenza.
-Su hija es una chica increíble, pero no estoy interesado en ella. -Él volteó a verme y yo sólo le sonreí nerviosa.
¿Por qué los momentos incómodos siempre están tan presente en mi vida?
Después de que mi padre decidió callarse, llegamos a casa. Dios, pensé que jamás llegaríamos. Mi padre y Sonia bajaron todo el equipaje y entraron a la casa.
-¿Entonces soy una chica increíble? -Le dije burlona a Simon.
-Sólo quería darle una buena primera impresión a tu padre. La verdad es que eres un desastre, Bordonaba. Y a veces me pregunto por qué somos amigos. -Dijo burlón.
-¡Já! ¿Pero qué dices? Sabes que no hay nada que te haga más feliz que mi amistad.
Su sonrisa desapareció y se quedó callado. Genial, ¿ahora qué dije?
-Me tengo que ir. Descansa, lo necesitas. -Dijo quitando el mechón de pelo que caía de mi cara.
-Sí, supongo. Mañana mi padre me dará un horrible sermón.
Él rió y yo abrí la puerta para entrar a casa. Por lo menos mi día no terminó tan mal después de todo. Y todo gracias a Simon.
-¡Eh, Camila! -Gritó Simon a lo lejos, justo entrando a su auto.
-Dime.
-No pienses en él...
+++
-¿Suspendida? ¿Me voy unos días y te suspenden? -Exclamó mi padre enojado.
-Lo siento, ¿sí? -Dije bajando la mirada.
-Me imagino que tenías una buena razón para golpear a esa chica. -Sonia intento ayudarme y yo sonreí.
-Oh, ¡no tienes ni idea! No me arrepiento de haberlo hecho. Esa chica es Satanás, Sonia, lo juro.
-Oh, te entiendo. Cuando tenía tu edad, había una chica justo así en mi escuela. Esas son las peores. -Expreso riendo.
-Y las encuentras en todos lados. -Agregue y reí.
-¡Bueno ya! -Gritó mi padre, haciendo que Sonia y yo termináramos nuestra conversación. -Camila, ve a tu habitación. Ah y no saldrás esta semana, así que dile a tus amigas porque te quedarás aquí encerrada en tu habitación.
-Cómo sea. -Exclamé y subí a mi habitación.
Me tiré en mi cama y cogí mi móvil. Tenía algunos mensajes que mandar, en especial a Jazmin. Tenía que hablar con ella y pedirle perdón, fui algo grosera.
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• Eres mía, pequeña || Benjamila •
Teen FictionCamila Bordonaba y Benjamín Rojas. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella una ni...