Pov. Camila.
¿Qué mierda le pasaba? Me lo quedé mirando fijamente. No dije nada.
-¿Sabes lo que más me molesta de ti? -Dijo.
-¿Qué?
-Que eres tan jodidamente callada. Nunca hablas. Nunca dices nada.
-Yo si hablo. Sólo no con imbéciles como tú. -Esperen, ¿yo había dicho eso? No podía creerlo. Me dirigí a mi habitación lo más rápido que pude, dejándolo solo.
Pov. Benjamin.
Desde ahora en adelante la trataré así, sí. Tengo que olvidarla de alguna maldita manera.
"Pobre tonta"
¿A quién engaño? Esa pobre tonta me encanta.
Estábamos tan cerca.. Esos labios me llamaban. Los labios que probé hace algunos años. La primera vez que sentí algo. Pero un "nosotros" es imposible. Por mucho que lo desee.
Al día siguiente, me levanté de mal humor y me arreglé para ir a la escuela. Antes de salir me puse mi chaqueta negra de cuero.
Caminaba por los pasillos de la escuela y la vi, riendo. Se veía tan hermosa así. Odiaba verla triste, lo detestaba. Como siempre que estoy en casa de Felipe está sola encerrada en su habitación y como me encantaría estar con ella, como antes. Maldita sea, olvida todo eso Benja. Tienes que olvidarla.
Melody llegó y mierda, si tenía que sacarla de mi mente, lo haría. La besé apasionadamente poniéndola contra los casilleros.
Pov. Camila.
Llegar a la escuela y que la escena de Melody y Benja sea lo primero que veas es una total mierda.
-Vamonos, por favor.. -Le supliqué a Jazmin. Esta en clase no dejó de hablar de Diego.
-Es hermoso, lo juro. Me acompañó a casa e incluso me llamó. -Decía mi amiga suspirando y yo solo reía.
En verdad me sentía como una mierda y quería irme a casa ya. No quería caminar hoy, por favor no.
En el almuerzo en acerqué a la mesa de Felipe, estaban todos ahí, Melody sentada en las piernas de Benjamin como siempre. Ni siquiera los miré.
-Felipe... ¿Podrías por favor llevarme a casa hoy? Es que no quiero caminar hoy. -El dobló los ojos, odiaba cuando actuaba así como un imbécil delante de sus amigos.
-Está bien. Pero me tomaré mi tiempo, así que no te quejes.
-Como sea. -Dije y me fui con mi amiga.
En la salida, guardé algunos libros en mi casillero y me fui a donde estaba mi hermano. Mierda, mierda y más mierda. Benja estaba ahí.
-Tengo unas cosas que hacer hoy, si sabes a lo que me refiero. Así que nos vemos mañana. -Le dijo Benja a mi hermano. Puaj, no quiero ni imaginar que cosas son. Pero gracias a Dios no lo veré hoy en mi casa.
-Igual hoy irá papá a la casa, así que yo también estaré ocupado supongo. Claro, no tan ocupado como tú, eh. -Dijo riendo. ¿Qué..?
-¿Papá? ¿Papá va a ir hoy a la casa? ¿Por qué mierda no me lo dijiste Felipe? -Dije metiéndome en su conversación.
-Me llamó ayer, ni siquiera estabas en casa. Además no entiendo para qué querrías saber antes, ¿es que acaso vas a ponerte linda y hacerle una fiesta de bienvenida? No necesitas eso, tú siempre estás hermosa para él. Eres su bebé. -Dijo burlón.
-Yo no soy de ningún estúpido. -Dije y me monté en el carro cerrando la puerta de un portazo. Benjamin me miraba, serio. Después se puso a hablar con mi hermano. Si antes quería llegar a casa rápido ahora era todo lo contrario.
No quería ver a ese imbécil. ¿Y si tiene una novia? ¿O algo así? Nadie nunca podrá reemplazar a mamá. Él nunca estuvo ahí para mí, cuando más lo necesitaba. Siempre está de viaje y cuando llama, llama a Felipe y nunca a mí.
"Papá te manda saludos."
¿Por qué no me llama a mi también? ¿Por qué no me pregunta como estoy? ¡Podría hasta escaparme de casa y el se enteraría un mes despues!
Ya habíamos llegado. No quería entrar a esa casa.
-Camila, ¡joder! Vamos. -Dijo Felipe por décima vez. Me bajé del auto temblando y entramos.
-Hola hermosa. -Dijo ese hombre con los brazos abiertos.
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• Eres mía, pequeña || Benjamila •
Genç KurguCamila Bordonaba y Benjamín Rojas. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Él era dueño de sí mismo, ella una ni...