Apenas entramos a lo que, para mí, pareció un sueño sublime y viendo a Carlos anonadado, supe que a él también le pareció bellísimo este lugar.─¿Qué es eso? ─Apunté hacia lo que parecía ser un castillo en la cima de una gran pero gran montaña, era como estar en el cielo, en lo alto de todo. Muchísimas nubes se arremolinaban a su alrededor mostrando una hermosa imagen del mismo. ─Eu, mira, mira ─mi vista se fue a una enorme llama en medio de un patio verdoso y estatuas de personas haciendo poses extrañas. A la distancia oía como crepitaba y el color se tornaba rojo, amarillo y naranja ─Es hermoso ─murmuré cautivada.
─Ustedes, ¿quienes son? ¿Qué hacen aquí?
La voz de una mujer nos detuvo de toda acción o palabra; no había nadie cerca pero sentía su mirada en mí, quemándome por dentro.
Miramos lo que parecía ser el cielo en busca de hallar con ella pero nada. Observé momentáneamente al sátiro a lado mío, supuse que algo sabía porque se veía tenso, miraba a cada lado y rezaba una lengua extraña que pude entender sin problema.
─Che, ¿qué decís? ─junté mis dedos moviendo mi mano, con duda. ─¿qué pasa?
─Mmm... nada, nada ─lo miré incrédula, algo pasaba y no me iba a quedar satisfecha con su "nada, nada"
─Dale, forro ─enfatice la R palmeando su hombro ─. No seas así.
─No han respondido la pregunta ─la voz apareció de nuevo interrumpiendo nuestra conversación ─. Sigan caminando ─lo que hace un rato pareció una voz serena, llena de tranquilidad pasó a ser una orden que no nos dimos el lujo de cuestionar.
Nos miramos asustados y comenzamos a caminar. El camino se formaba bajo nuestros pies; vimos a personas con liras, cantando lo que parecía ser "La Virtud" de Disney.
Más adelante había todo tipos de lindos animalitos, y creo que casas más al fondo.
"Templos" susurró mi compañero.
─Creo que no tenemos que estar acá, Nara. ─apenas terminó comenzó a temblar.
No, no, así no que me pones mal a mí.
─¿Cómo?
─Creo que ya sé donde estamos ─habló bajo ─. Si nos ven nos matan, nos recontra matan ─dio un salto nervioso resonando sus cascos sobre el camino de piedra. ─ No digas nada, yo hablo ─sentenció. La idea me pareció fantástica.
─Nah, jodeme ─subo un poco el volumen de mi voz y vuelvo a callarme rápidamente. No quiero oír esa voz amenazante de nuevo. ─¿cómo que nos van a recontra re matar? ─murmuré cerca suyo.
─No, la que te pario, me encantaría pero no ─lloriqueó ─. Y si, nos van a ser matambre a la parrilla.
Lo quede mirando con bronca, siempre debe pasar algo, siempre; y él, que era una criatura mágica debió haberlo previsto, ¿no? ¿o solo soy la única que piensa eso? Bueno, también es mi culpa creo, igual yo estoy en blanco así que no puedo ser de ayuda.
─Suban las escaleras y entren ─ordenó la personita mágica. ─se abrirá sola.
Avanzamos mudos, yo algo aturdida y el enano a mi lado con miedo; ese hijo de su madre, termotanque mal hecho, papa frita mal frita, ayudante de papá noel y todo los sinónimos posibles para describir lo que siento en este instante.
"Mentira, Carlitos" desmiento mis propias palabras. No quise decirle un insulto tan maleducado como papa frita mal frita.
Paramos frente a lo que parece ser una gran muralla hecha de oro puro, o que se yo, a mi no me hable de metales o lo que sea que tenga relación con ello. Aquí, en mi mentecita de lombriz vas a encontrar pura ignorancia.

ESTÁS LEYENDO
ᴅᴇᴍɪɢᴏᴅᴅᴇꜱꜱ ᴏꜰ ᴘᴀᴛᴀɢᴏɴɪᴀ ─ᴘᴊᴏ
Fanfiction¿Y si te enteraras que eres una semidiosa? ¿Y de una mitología poco conocida? ¿Una mitología de divinidades fuertes y campeones del mundo? Esta es la historia de Nara, semidiosa de la patagonia. ¿Se animan a leerla? Todos los derechos son del tio...