Dos tumbas

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"Debes entender que no hay escape en esta tierra para ti Seyran" sentí la piel arder por el cuero del cinturón de mi padre cayendo como un fuerte golpe en mi brazo.

Estábamos en una habitación en Antep, justo en la sala de estudio de mi padre, miles de perlas caían por el suelo.

Llevaba un vestido verde sin mangas que utilizaba muy seguido para hacer el aseo.

Entendí lo que estaba pasando, había roto el rosario de mi padre y ahora él me estaba golpeando por intentar esconderme.

Me sujeté con fuerza a la tela del sillón intentando subir mi rostro lleno de lágrimas, a diferencia de todas las veces que soñaba con este día ya no era una niña, ahora era yo en la actualidad.

"Siempre has sido igual de débil que tu madre, no eres capaz de levantarte y mirarme a los ojos para decir: padre lo he estropeado, pero qué puedo esperar de ustedes, son unas simples mujeres"

Intenté levantarme del sillón y ponerme en pie pero un fuerte dolor en el vientre se hizo presente.

"Deja que te duela, es para lo único que sirven ustedes, para abrir las piernas y procrear hijos"

"¡Callate!" Grite con toda la fuerza que pude.

Pero antes de procesar mis palabras, mi padre me tiró al piso con un fuerte golpe en la mejilla.

"¡Maldita loca! ¿A quién crees que le alzas la voz? Soy tu padre" Sus gritos se sincronizaban con sus golpes en mi espalda.

"Tu madre pudo bendecirme con hijos varones, hombres fuertes dignos de llevar mi apellido y continuar con nuestro gran legado, pero no, me maldijo con 2 estúpidas hijas que ni siquiera pueden casarse bien y recompensarme por la buena educación que les he dado"

Ignoré sus palabras mientras sentía la espalda quemarme por cada golpe, pero lo único que hacía era proteger mi vientre.

Estaba espantada, no por él, no por mi cuerpo, sino por aquel bebé que resguardaba en mi interior.

"¡Por favor para favor padre! " mis suplicas no fueron escuchadas pero sus golpes pararon.

"No tendrás la misma suerte que tu hermana, ella se libró de mí pero tu no lo harás, no lo harás ¡NUNCA!"

"Ah Ah Ah . . . ."

Desperté después de una horrible pesadilla y me llevé las manos al pecho intentando controlar mis respiraciones, sentía el corazón salir de mi pecho y la cabeza a punto de explotarme.

No recordaba como había llegado aqui, o cómo es que llevaba una ropa distinta, pero sentía que una fuerte adrenalina no salía de mi cuerpo.

Intenté ponerme de pie para buscar mi teléfono , pero unas inmensas ganas de vomitar se apoderaron de mí así que corrí al baño con todas mis fuerzas.

Cuando llegué saqué toda la comida que pude y apreté mi estómago.

Después de haber vaciado todo lo que podía unas lágrimas se apoderaron de mi como en media crisis.

Estaba aterrada porque ahora no sólo era yo.

Sabía de mi embarazo hace apenas unos días.

Tenía 5 semanas y aunque no le había dicho a Ferit porque no sabía cómo lo tomaría después de que le mentí acerca de tomar esas pastillas ahora mi único temor era mi padre.

Respiré con fuerza intentando controlarme pero la crisis me estaba generando taquicardias inmovilizándome en el baño.

Toqué mi vientre intentando calmarme.

Quiero que te rindasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora