¿Por qué somos enemigos?

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Cuando por fin llegamos a la cabaña nuestra atmósfera era ahora agridulce, no sabíamos qué hacer después de que ambos nos sinceráramos al respecto, estaba lleno de interrogantes en lugar de dudas, había algo en Ferit que nunca entendí, era amable y cálido algunas veces pero la mayor parte era frío y helado con sus acciones, sí había cumplido mi petición pero si no estuviera aquí conmigo estaría segura de que estaría con Pelin y eso me dolía más de lo que quería admitir.

Porque Ferit no había cambiado su trato conmigo, desde que me casé con el todo era como darle de comer a un gato arisco, no sabes en que momento te dejara acariciarlo o te rasguñara, así era Ferit no sabía en que momento me amaba y en cuál sólo era un juego mas, y en un inicio no me lastimaba porque había aceptado que sólo seríamos socios que fingían un matrimonio, el problema fue cuando olvide nuestra verdadera relación y la malinterpreté por algo parecido al amor, un amor muy bizarro.

Al bajar de la camioneta sentí el frío entrando por mis huesos, al igual que la última vez que estuvimos aquí, depues de todo seguimos en invierno, "un invierno que ha durado mas de lo que quisiera" pensé

-Toma debes estar helada- "lo estoy pero por acercarme a ti" negué con mi cabeza y el paso su abrigo por mi espalda, vi como el aire que emanaba de su boca se evaporaba rápidamente probablemente el también se estaba congelando como yo, " si tan solo me dejara calentarlo"

-Podemos compartirlo, solo traes una camisa te has de estar congelando.

-No es necesario. . .

-Vamos Ferit estoy cansada - mi voz salió como un susurro, no como una exclamación de verdad y él me observo, no solamente habló del día, sino que ya estaba cansada de todo.

Su brazo se enlazo con el mío y comenzamos a caminar a la par lentamente, el dulce aroma de su perfume me relajo y recosté mi cabeza en su hombro, sólo quería dormir, quería regresar a esa noche en la que desperté a su lado sin preocuparme por nada más.

-Ferit, estoy tan cansada. . .-El no me respondió y siguió caminando ¿por qué me sentí tan rota con esto?

-Ya casi llegamos, aguanta un poco - Mi agarre fue débil y me preguntó cuando fue la última vez que probé mas de unos cuantos bocados.

Cruzamos el patio de la cabaña y entramos sin problemas, al pasar la puerta soltó mi agarre para prender las luces y probablemente la calefacción, lo vi alejarse unos metros y mi visión se volvió borrosa, me sujeté de una silla y cerré los ojos para no marearme más.

-Seyran ¿estás bien? ¿Te duele algo? - Ferit se acerco con rapidez a mi lado.

-Sí. . . me ha pasado algunas veces, me mareo como si me fuera a desmayar, es como si temblara el piso - hice una mueca y él me sujeto de la cintura.

-No es algo normal Seyran ¿por qué no me lo dijiste?-

- ¿Cuándo te lo podía decir? nunca estás bien, siempre estás lleno de problemas - Él me miro vacilante y agacho la mirada, o eso vi, no lo sabía todo se veía distorsionado, de la nada sentí como colocaba uno de mis brazos en su cuello e impulsaba mis piernas para cargarme, sentí como si el mundo se me movía de la cabeza y todo era negro.

-¿Qué haces Ferit? bájame. - mi grito sono mas como un chirrido de un animal inofensivo.

-¿Quieres que te baje en este momento? - Él soltó un poco mis piernas y mi agarré se fortaleció.

-No, qué haces, olvídalo -Oulté mi rostro en su pecho y el se burló, si estuviera bien probablemente lo hubiera golpeado pero ahora no podía.

El subir de las escaleras parecía eterno y así quería que fuera, no entendía porque estaba desencadenando una gran dependencia de Ferit, sí me había ayudado en muchas cosas pero también me había lastimado como pocas personas lo había hecho y eso era algo con lo que tenía que batallar; pero cuando nos encontrábamos de esta manera no podía evitar querer olvidar todo lo malo que habíamos pasado y solo quererlo, porque era muy fácil amar a Ferit pero me tarde en darme cuenta que era igual de doloroso.

Quiero que te rindasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora