Sergio, con nervios evidentes, intentaba desesperadamente hacer el nudo de su corbata. La frustración lo invadía, y una sensación abrumadora lo hizo sentir que las lágrimas no estaban lejos. En ese momento, Carlos y Yuki entraron a la habitación con sonrisas reconfortantes en sus rostros.
Carlos, con mayor experiencia, se acercó a Sergio, ayudándolo con el nudo de la corbata mientras Yuki le daba un reconfortante apretón en el hombro, para darle ánimos.
Un ruido en la puerta los alarmó viendo como Lance y Pato entraban de igual forma a la habitación, y al ver a Sergio luciendo aquel esmoquin blanco soltaron un grito de emoción.
-No puedo creerlo, te ves increíblemente guapo. -susurró Pato con ojos vidriosos, abrazando a Sergio con ternura mientras se esforzaba por contener las lágrimas que amenazaban en salir.
-Yo sabía que por algo me había enamorado de Sergio.- comentó Lance con humor, desatando risas en la habitación y aliviando la tensión del momento.
-Lance, ya supera eso.- soltó Sergio, tratando de contener una carcajada.
-Recuerdo que cuando Lance se te confesó, Max casi lo mata.- Yuki bromeó.
-Me la tuve que pasar todo ese día junto a Fernando para que Max no me golpeara o algo.- añadió Lance, recordando la anécdota con una sonrisa cómplice.
Con un último vistazo al espejo para asegurarse de que todo estuviera perfecto, Sergio se preparó para salir de la habitación. A su lado, su padre esperaba con orgullo.
Los amigos se agruparon, abrazando a Sergio uno por uno, compartiendo palabras alentadoras y promesas de apoyo.
-Estamos contigo, hermano.- Carlos dijo dándole un fuerte abrazo.
-Que esta sea la mejor aventura de tu vida, Sergio.- el japonés expresó.
-Haz que Neymar sepa lo afortunado que es.-Lance le susurró en el oído con su carismático tono de broma.
-Que la felicidad siempre te encuentre, disfruta cada momento.- Pato susurró dándole un cálido abrazo.
Junto a su padre, Sergio se dirigió hacia el exterior, donde un elegante carro los aguardaba, adornado con las flores favoritas tanto de él como de Neymar. La expectación en el aire era palpable mientras se subían al vehículo, listos para el corto trayecto que los llevaría hacia la iglesia.
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Al llegar a la iglesia, Sergio y su padre bajaron del carro, tomados de la mano. La entrada a la iglesia estaba decorada con elegancia, pero todos los ojos estaban puestos en Neymar, quien esperaba emocionado en el altar. Neymar, emocionado, no pudo contener las lágrimas al ver a Sergio acercarse hacia él. El amor entre ellos se reflejaba en cada mirada y gesto.
A medida que Sergio y su padre avanzaban hacia el altar, la emoción llenaba la iglesia. Los amigos se acomodaron en sus lugares, expectantes, mientras la melodía nupcial envolvía el ambiente.
