Capitulo 9

53 5 4
                                    

Llegaba la mañana a la hermosa cabaña que estaba al salir del pueblo, en ella se encontraban dentro dos hermosas jóvenes que amanecían con un cálido abrazo.

- Buenos días, Rose - una adormilada Jennie comenzaba a despertar.

- Buenos días, preciosa - un pequeño beso fue dado a los labios contrarios.

Ambas jóvenes se despertaron y Rose fue a hacer el desayuno mientras Jennie comenzaba a ducharse. El día iniciaba realmente bien, habían estado durmiendo abrazadas y diciéndose lo mucho que eran especiales para la otra.

Jennie se encontraba vistiendo un vestido lila, arreglaba su cabello mientras pensaba en que quería cambiar su tono. Cuando terminó de arreglarse fue hasta la cocina deleitándose por el aroma que desprendía el desayuno.

- Huele realmente delicioso - Jennie se sentó en el comedor y Rose le entregó un plato con unos panqueques recién hechos.

- Espero te gusten, preciosa - Rose se sentó a su lado y comenzaron a comer entre risas y caricias en sus manos.

Jennie le había comentado a Rose que quería algo diferente en ella, específicamente en su cabello, Rose se había sorprendido pero accedió al deseo de su princesa.

Siendo muy honestos no era bien visto que una dama estuviera con un color de cabello muy extravagante, sería terriblemente criticada por cometer tal atrocidad.

Se había terminado de pintar el cabellos e la princesa, era un castaño un poco más claro, ahora un poco más corto que de costumbre y lleno de rizos, dejando su cabello lacio. Rosé la miraba y sentía su corazón latir con fuerza, se veía preciosa y su sonrojo era inevitable.

- Eres una preciosa mujer - Rosé se tomó el atrevimiento de abrazar su cintura.

- ¿En serio crees que soy linda? - Jennie se miró nuevamente al espejo.

- ¿Linda?, pfff, mujer tú eres hermosa - un beso sintió Jennie en su mejilla.

Todo estaba yendo como debía de ser, se sentían felices estando juntas, podían hacer lo que quisieran, abrazarse y demostrarse cariño, se sentían seguras con la otra y muy felices.















Pero en el castillo todo estaba yendo mal, todo el mundo buscaba a la princesa y la Reina estaba segura de que cuando la encontrará la haría pagar por todo el desastre que causó.

- ¡Esa mocosa estúpida! - el tono demasiado enfadado se hacía presente en su voz.

- Querida, no te estreses tanto, la vamos a encontrar - el rey intentó calmarla un poco.

- ¡Solo trae problemas! - la reina miró a su esposo. - Es una estúpida, por su culpa no podremos obtener el dinero de los padres de Nathaniel - ahora el tono en su voz era uno de preocupación.

Se sabía que ninguno tenía el mínimo interés por el bienestar de su hija, solo les interesaba ganar popularidad y mucha más fortuna, jamás les importaría que era lo que pensaba su hija.

La servidumbre buscaba por todos lados cualquier pista que pudiera indicar a dónde se había ido la princesa, pero no tenían ninguna pista.

Varios golpes y gritos se les daba a las mujeres, mientras que a los hombres se les otorgaban algunos empujones. El Reino era un total caos y ni locos dejarían que el pueblo supiera lo que pasaba ahí dentro.












En aquella linda y tranquila caballa se encontraban las jóvenes disfrutando del bello clima, el día era soleado y el cielo estaba tan azul, el lugar era tan relajante y ambas jóvenes se encontraban jugando en aquel bello jardín. Jennie era tan feliz en ese momento, jamás supo cómo se sentía ser así de libre, su sonrisa era tan grande, su cabello se movía gracias al viento fresco que había, su cuerpo se movía con libertad y estaba acompañada de una mujer tan especial para ella.

Rosé era demasiado feliz de poder divertir un poco a la chica que la tenía enloquecida, juraba que no había sonrisa más linda que la suya, ni ojos más perfectos que los suyos, sus manos tan suaves, sus mejillas tan adorables, su nariz tan bonita, su cabello tan perfecto y sano, sus orejas tan... ¡Mucho halago!

Pero no podemos culpar a alguien de enamorarse, ambas sentían un amor tan honesto por la otra y no podrían impedir eso, ellas van a luchar hasta el final para que puedan durar hasta que la muerte las separé.

- ¡Es lo más hermoso! - Jennie se dejó caer en el pasto.

- ¿Te está gustando, princesa? - Rosé se sentó a su lado admirando sus lindos ojos con ese brillo tan especial.

- ¡Me encanta! - ese tono de felicidad solo hacía que Rosé sonriera cada vez más, estaba tan enamorada.

Siguieron platicando de cosas que les gustaría hacer, Rosé le prometió que le enseñaría a defenderse para que nadie le pusiera un dedo encima, que le enseñaría todo lo que ella sabía para que nadie pudiera aprovecharse de su ingenuidad.

Rosé era una salvadora para Jennie, Rosé se convirtió en el espacio más seguro para ella, estaba tan feliz de compartir estos bellos momentos con ella.

No supieron cómo, pero sus manos estaban entrelazadas mientras miraban las flores que estaban cerca del jardín, miraban un pequeño estanque donde habían algunos patitos y Jennie estaba impresionada con lo bellos que eran, estaba impresionada por el mundo, nunca conoció más allá de su castillo y algunos lugares del pueblo, nada se podía comparar a la belleza de vista que tenía justo en frente.

















Nadie podría quitarle esa felicidad, nadie podría encontrarlas en ese lugar... ¿verdad?































Hola, quiero decirles que tal vez la historia no sea tan larga, probablemente ya empezaré a hacer los capítulos finales.

¿Les gusta ese concepto?

Sin más espero que la estén pasando muy bien, disculpes si los capítulos no son tan largos, hago lo que me permite mi horario.

Atte:
ˡᵘᵛʸᵖʲᵐ ~⁠♪

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 30, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝔻𝕒𝕟𝕕𝕖𝕝𝕚𝕠𝕟𝕤 ☀️   (Chaennie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora