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Jimin.

Como era de esperarse, el profesor Choi nos esperó pacientemente en el comedor del hotel, su rostro nos dio a entender lo furioso que estaba, incluso Yeji, quien no había dirigido su mirada hacia a mí desde que habíamos llegado.

— ¡¿Me pueden explicar?! —gritó el profesor Choi con el rostro aún más rojo que antes.

— Profesor, nosotros no quisimos... —se excusó Mark en voz baja.

— ¡¿No quisieron?! ¡Les permití divertirse, confié en ustedes!

— Profesor Choi, realmente lamentamos lo que pasó, sinceramente no tenemos excusas. —dije con voz calmada.

El profesor suspiró, el enojo le dio paso a la decepción y se fue, dejándonos sumergidos en un silencio bastante incómodo... Hasta que mi novia no soportó más el ambiente tan pesado y se levantó sin siquiera mirarme.

— Yeji, espera...

Fui tras ella, pero sus pasos fueron más apresurados que antes al escuchar los míos, pero logré alcanzarla y la tomé del brazo para detenerla.

— Jimin, ¿Qué quieres? —preguntó sin mirarme.

— Lo lamento, pero lo que pasó no fue culpa mía. —traté de excusarme al buscar su mirada— Mírame...

Ella suspiró y poco después me miró, su ceño estaba fruncido y yo solo tomé su rostro entre mis manos.

— No te molestes, por favor... —acerqué mi rostro, logrando acariciar su mejilla con mis labios.

— No son unos niños, ese comportamiento es inaceptable. —dijo al alejar su rostro.

No respondí, tenía razón así que solo la miré, miré sus labios rosados y me perdí en ellos durante un momento. Me acerqué lentamente, pero Yeji no me rechazó esta vez y solo se quedó inmóvil, esperando el siguiente movimiento y uní nuestros labios, la besé suavemente, permitiendo que mi lengua la explorara hasta escucharla suspirar.

P-profesora Hwang...

Nos apartamos rápidamente al oír aquella voz, Ryujin estaba a unos pasos de nosotras, con su rostro bajo. Yeji se apartó por completo de mí y se acercó a ella sin volver a mirarme

— Discúlpanos... ¿Sucede algo? —preguntó, la chica dudó un poco pero luego solo asintió— Vamos, hablaremos en otro lugar.

Yo solo me quedé de pie, en el mismo lugar, ¿De verdad se fue sin decirme nada? Gruñí de forma baja y volví al comedor, pero ya todos se habían ido. Genial, simplemente genial, ¿Qué haré ahora? Bueno, de todas formas el sitio era demasiado familiar para mí, aún recordaba algunas cosas y muy pocas de ellas habían cambiado.

Decidí caminar sin ningún rumbo fijo, recordando todo lo que hice cuando era una niña, cuando pasé cada día entre juegos y risas con Minjeong.

Minjeong.

Tomé mi muñeca y sonreí de forma triste al recordar lo que pasó la noche anterior. Si hubiese dejado la pulsera en la cajita, aun estaría conmigo y no esparcida por el frío pavimento. ¿Dónde puedes estar en este momento? Tal vez... Incluso tal vez ya me olvidó, así como yo había tratado de hacerlo con ella.

—¿Y yo no puedo ser tu enamorada? —pregunté con una suave e inocente voz, Minjeong solo consiguió reír por mi comentario— ¿Qué?

— Yuji, ¿Qué dices?

— ¿No puedo? ¿Eso estaría mal? —bajé la mirada, muy apenada.

— Bueno... Eres mi mejor amiga, pero supongo que puedes ser mi enamorada. —dijo con una gran sonrisa en sus labios.

— ¡Y tú eres mi enamorada! —chille de emoción y Minjeong asintió, muy sonriente.

— Pero aún así nuestro primer beso será algo que recordaremos siempre, es algo que ya no podrás entregarle a otra persona y me alegra que sea así, porque sé que jamás encontraré a alguien como tú.

Reí de forma baja, sintiendo mi corazón encogerse ante sus últimas palabras y justo en ese momento un gran nudo se formó en mi garganta.

Te quiero... Jimin...

Seremos mejores amigas incluso aunque esa tonta distancia nos separe. Jimin... Voy a extrañarte, siempre.

Sin duda, nunca podré encontrar a alguien como ella y sí, tenía amigas, pero aunque suene mal, no las consideraba mejores amigas. Con Minjeong todo fue muy diferente, ella me cuidó en todo momento, tomó mi mano y siempre estuvo conmigo, entiendo que en ese entonces éramos muy pequeñas, pero, ¿Y si no me fuese ido? Sé que aún estaríamos juntas, como mejores amigas.

Me detuve en ese momento, ¿Por cuánto tiempo caminé? Observé todo a mi alrededor y me sorprendí al notar que estaba en mi antiguo vecindario, justo enfrente de la que fue mi casa, ¿Cómo es que eso pasó? Logré ver desde la distancia que las luces estaban encendidas, sin duda alguna otra familia vivía allí. Caminé, tomándome el atrevimiento de acercarme, dejando que mis pies me guiaran nuevamente a la parte trasera de la casa, justo hasta quedar enfrente de aquella puerta, detrás de esa puerta habían muchos recuerdos míos y de Minjeong. Era nuestro lugar secreto.

¿Cómo es que seguía igual? Incluso la puerta tenía nuestras pequeñas manos marcadas con la pintura y a pesar de los años que habían pasado, estaba casi en el mismo estado. Me sorprendí aún más, sin duda, encontrarme ahora en ese lugar, fue algo increíble y mi pecho aumentó su ritmo, sentí mis ojos arder ante el llanto que quería aproximarse y suspiré al calmar aquel sentimiento. Tal vez parezca tonto, pero una amistad como la nuestra nunca se olvidaba.

¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo?

Mi cuerpo se tensó al oír aquella voz.

black&white / winrina ࣪𖤐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora