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Felix
4 Meses después...
—Lo que Chan ha hecho con tu pequeña granja es asombroso—, dijo Han efusivamente mientras ayudaba a Felix a llevar cestas de frutas a la cabaña. —Un día quiero visitar las tierras de los cambiaformas. Debe ser un lugar hermoso y verde.
Han conocía la naturaleza de Chan. Él era la única persona en la que Felix confiaba para guardar el secreto. Después de todo, fue él quien le contó a Felix todo lo que sabía sobre los cambiaformas, quien los presentó como buenas personas.
Bueno, como gente sexy, pero lo hizo. Los colocó bajo una luz positiva, eso era seguro. Y había sido amigo de Felix durante años. Felix le debía mucho.
—Aprecio que hayas venido de visita—, dijo Felix, caminando con cierta dificultad, con una mano en la parte baja de la espalda dolorida y la otra en su gran barriga. — Además de hacerme compañía mientras Chan no está en casa. Es muy protector y se preocupa cuando estoy solo en casa.
—Sobre todo ahora, me imagino.— Han asintió hacia el vientre de Felix. —¿Dónde está Chan?
—Ha ido a la ciudad a comprar algunas cosas que necesitamos. No todo se puede encontrar en el bosque, ¿sabes?
—Aunque, al parecer, uno puede encontrar fácilmente hombres lobo alfa grandes y sexys—. Han le guiñó un ojo. —Y contraer bebés.
—¿Contraer? Los bebés no son una enfermedad, Han.
—Bueno, eso es cierto.—. Han se rió entre dientes. — Pero crecen y crecen... Oye, ¿estás bien?
Un dolor había envuelto el vientre de Felix, lo que le hizo detenerse en seco.
—Sí. Lo siento. Estoy bien...
—Parecía que estabas sufriendo.
—Pequeños dolores. Van y vienen. No es nada.
—¿Estás seguro, Lix? Quizás deberíamos buscar una partera.
—No, estoy seguro. Después de todo, solo tengo cinco meses.
—Sí, pero Felix... Recuerda que los embarazos de cambiaformas sólo duran cinco meses.
Sí, Chan había mencionado eso, pero Felix era humano, por lo que no sabían de qué lado de la división caería su embarazo. Ellos habían pensado
tal vez en algún punto intermedio, que estaría a término alrededor del séptimo mes, pero...
—Es demasiado pronto—, susurró.
—¿Hablas en serio? Tu barriga es enorme.
—Es demasiado pronto porque Chan no está aquí. Maldición. Ay.
—Aquí, siéntate. Deja te ayudo.
—Puedo sentarme solo, muchas gracias—. Felix agitó una mano desdeñosa hacia su amigo. —Guarda la fruta. Estoy bien. Simplemente muy embarazado.
