❝Donde diecisiete centímetros no son suficientes para Aldo...❞
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✎ Adaptación
✎ Aldogeo bottom / ElMariana top
✎ Au, filias, smut and soft drama.
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Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño. Y por primera vez observó a Osvaldo hablando con tranquilidad, sin tartamudeos ni sonrojos.
Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del club le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce como siempre.
Lo estaba volviendo loco. Debía relajarse, quizá esa chica siquiera significaba algo para él... pero Aldo no podía evitar querer ir hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque realmente no le perteneciera.
Pero él le había echado el ojo primero, así que contaba.
Tomó el trago que Barca dejó en sus manos y se lo bebió en dos sorbos, llamando la atención de Patty.
— Aldo, no bebas demasiado, Rocio se enojará si llegas demasiado pedo a casa. — le recordó.
Un infantil quejido salió de los labios de Aldo.
— Rocio no me quiere en casa porque irá el pesado de su novio. — explicó, tomando el solitario trago que se encontraba en la mesa para empezar a bebérselo.
— Molly y Zeein se irán a la casa de playa de los padres de ella después de que salgamos de aquí, dudo que ellos quieran acompañante y dudo mucho que quieras escuchar lo que sea que harán allá todo el fin de semana. — aclaró.
—Entonces con Ama.
—Lo siento, viejo pero llevaré a Ama a Guadalajara, mi abuela quiere verlo. — se excusó Oscar apenado.
Aldo supo que en parte no lo lamentaba tanto como decía.
Oscar era un hombre de familia y sabía lo feliz que le ponía que su abuela y su novia se llevaran bien.
— Con... contigo Putty. — sugirió, dirigiéndose a su amiga pelirroja.
— Lo siento pero me quedaré en casa de Félix esta noche.
— ¿Entonces dónde chingados dormiré esta noche? Hijos de puta, malagradecidos. — lloriqueó.
— ¿De qué hablan? —preguntó Osvaldo, quien recién llegaba a la mesa.
— De nada. — bufó molesto sin mirarlo.
— Aldito no tiene donde dormir esta noche. — soltó Patty con la intención de burlarse del menor.
— Si quieres...
— No importa, conseguiré un lugar. — interrumpió al más alto, levantándose de su asiento con rapidez. — Iré por uno más de estos. — dijo con la voz entrecortada, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse entre la multitud.
