— Y Molly me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en el agua, pero me mintió. —bufó Aldo con un puchero, cruzándose de brazos.
Osvaldo rio.
— Seguro ella tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si las arrojaban al agua. — aseguró.
— Molly siempre me miente... pero así la amo, es mi mejor amiga. — balbuceó, soltando ligeras risitas. — Oh, pero Valdo, no te pongas celoso, también te amo a ti.
Osvaldo no dijo nada pues su vergüenza no le dejaba.
— Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Valdito. — le recordó, sonriendo sin mostrar los dientes.
Ante aquella dulce mirada, Osvaldo simplemente no pudo negarse.
— También te amo, Aldito. — murmuró con una sonrisa, ruborizado.
Aldo se calló en ese momento y los que siguieron después. Osvaldo lo agradeció, no quería tener que morir de vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir al menor en ese estado de ebriedad donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.
Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Osvaldo, quien hace tan sólo un par de meses vivía solo con su hermano mayor; Charlie, él le recibió con los brazos abiertos al volver del intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que volviese a casa, pero prefirió vivir con su hermano en Monterrey y después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepentía de su decisión.
Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Aldo y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el moreno abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando a tropezones hasta la entrada.
Osvaldo le siguió, posicionándose a su lado.
— ¡Rocio! — gritó, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.
— Aldo, tu roomie no se encuentra aquí, esta es mi casa. — Le hizo saber.
Aldo le miró con el ceño fruncido.
— ¿Por qué me trajiste a tu casa Valdo? —preguntó, arqueando una ceja.
— No tenías donde dormir, ¿recuerdas? Ofrecí mi casa porque mi hermano no pasará la noche aquí, además a él no le molestará darte asilo. — explicó el pelinegro, esperando que le entendiese.
Aldo sonrió.
— Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa. — Hipó adorablemente. — Yo hubiese venido si era contigo... sin importar nada.
Osvaldo sintió las orejas calientes.
— No, Aldo. Y-Yo...
Aldo se abrazó a Osvaldo, acercando en demasía su rostro al del mayor.
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Falofilia // Adaptación Aldoriana
Fanfiction❝Donde diecisiete centímetros no son suficientes para Aldo...❞ ----------•。•* 。---------- ✎ Adaptación ✎ Aldogeo bottom / ElMariana top ✎ Au, filias, smut and soft drama.