1. distancia

80 18 0
                                    


Taehyung viene de Nueva Zelanda a vivir con los Jung por un año. Es un chico algo solitario, quien deambula por la vida sin poder encontrar tierra firme. Emprendió este viaje como forma de probarse a sí mismo y ayudarse a a salir a flote.

Los Jung tienen dos hijos, Seokjin de 22 años y Hoseok de 17. El mayor estudia en una prestigiosa universidad afuera de la ciudad. El menor, Hoseok, prepara los exámenes de ingreso a la Universidad estatal de Seúl mientras comienza su último año de secundaria.

Esa mañana los Jung despertaron a las seis de la mañana para alistarse a salir al aeropuerto. La madre de Hoseok siempre había querido hacer de familia sustituta para estudiantes de intercambio porque era lingüista de profesión y amaba embetunarse con distintas culturas.

—El inglés de los neozelandeses es muy distinto del que conocemos nosotros — les advirtió de camino al aeropuerto —, probablemente no le entiendan nada cuando recién lo conozcan.

—Cariño, Taehyung no va a ser tu conejillo de indias, además su familia es coreana —intervino su esposo ingresando al quinto piso del estacionamiento.

—¡Estoy tan emocionada! Siempre quise tener tres hijos —la mujer se volteó a mirar al menor quien venía distraído escuchando música y mirando por la ventana —. Hobi, Tae tiene solo un par de años más que tú, así que te pido que lo trates como a un hermano mayor. Como Jinnie está fuera casi todo el tiempo, tú vas a ser el que lo acompañe hasta que se adapte.

Hoseok se quitó los audífonos algo molesto —Me has dicho lo mismo veinte veces, mamá. Ya sé que tengo un nuevo hermano mayor y debo acarrearlo por la ciudad como si fuera mi perrito faldero.

—Cuida tu tono, jovencito —le advirtió su padre mirándolo por el espejo retrovisor —. Tu madre y yo estamos muy felices de poder brindar un hogar a este chico que viene con una beca a estudiar al país. Deberías estar orgulloso de ser parte de esto.

—Sí, sí, estoy brincando de alegría —bufó cruzándose de brazos y hundiéndose en su asiento.

—Cariño, estaciona por ahí, es la puerta más cercana a desembarque internacional —indicó la mujer a su esposo sin hacer caso de la rabieta de su pequeño.

La familia esperó casi 40 minutos en una cafetería al interior, Hoseok se pidió una malteada de frambuesas con unos tiernos muffins de avellanas. Su madre no paraba de mover la pierna con insistencia debido a su creciente nerviosismo.

—Debimos darle instrucciones para que se fuera en taxi —dijo Hoseok de pronto —. ¿Cuál es la necesidad de venir a buscarlo? Yo a los 16 ya sabía andar solo en el aeropuerto.

—Hijo, no sabemos si Taehyung siquiera habla bien el idioma y tú no has viajado más de 200km de distancia, no es lo mismo.

—¿Por qué se demora tanto?

—Los trámites migratorios toman tiempo cariño —murmuró su madre acariciándole distraídamente la melena —. Ten paciencia ¿sí?

—¿No deberíamos estar parados allá con un cartel en las manos que diga "bienvenido al infierno"? —quiso saber Hoseok apuntando a un tumulto de gente que esperaba en la puerta de salida.

—¿Lo dices porque el pobre chico se quedará con la habitación que está junto a la tuya y te escuchará roncar todas las noches? —preguntó su padre medio en broma.

—Muy gracioso —bufó rodando los ojos —. Tengo que ir al baño.

Hoseok se puso de pie para dirigirse rápidamente a una de las puertas que había divisado apenas ingresaron a ese nivel. Tenía muchísimo sueño ya que la noche anterior se había quedado despierto hasta las 3 de la mañana jugando League of legends con su mejor amigo, Park Jimin.

Albatros - VHOPE ﹛en emisión﹜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora