Capitulo 7

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-.¿Te sientes mejor? .-pregunto Atsushi, el pelinegro solo negó, haciéndole una seña al albino para que se acercara.

Atsushi suspiro limpiándose las manos en la falda café que portaba, camino hacia el otro con claro disgusto que hacía reír al pelinegro, si, bueno, maldito perro, eres afortunado por besarme...quejumbrosamente llegó hasta el.

Esa maldita sonrisa suya se dejó ver como una tonta burla que hacía arder la sangre de sus venas.

-.Ya sabes que hacer.-Burlón tomó la mano de Atsushi acercándose suavemente.- ¿o tengo que recordártelo?

Ugh...Atsushi rodó los ojos mientras se acercaba a plantarle un beso, su lengua se metió tímidamente entre los labios del pelinegro, quien no parecía cohibido, es más, se inclinó hacia el albino profundizando el beso.

El de ojos de ocaso está avergonzado, definitivamente no deseaba hacer esto pero se está acostumbrando a hacerlo, al menos...no es tan malo...volviendo a la realidad, Atsushi empujo al otro separándose de inmediato cuando estuvo seguro de haberle dado suficiente saliva.

-.Ugh...-Se quejó, mientras Akutagawa sonreía limpiándose la boca.

-.Bien, a este paso ya podremos abandonar este lugar, mañana en la mañana, ¿de acuerdo?, despídete de esa cosa que tienes...cof..cof..-Señaló a la oveja que estaba acostada sin entender lo que le pasaría, Atsushi alzo la ceja confundido.

-.¿Ah?, pero vamos a llevarnos a Shippy.-Dijo, convencido mientras cruzaba los brazos, Akutagawa se levantó para nada conforme con esto.

-.No podremos saltar tejados ni aprovechar los lugares pequeños si nos la llevamos, ¿quieres morir? .-Gruño encarando al hombre mas chico, Atsushi bajo la mirada molesto.

Tiene razón pero...no puedo dejarla, me ha acompañado estos días...Atsushi se sobo la cabeza frustrado, ¿preferiría su vida o la de un animal?, de verdad comenzaba a delirar, pensaba Akutagawa.

-.Escucha, tu sabes que será mejor si se queda a-...

¡BANG!

El sonido frío de un disparo los interrumpe, demasiado cerca para la mala suerte de ambos, Akutagawa miro al albino en silencio, con sumo cuidado tomó su espada y le hizo una seña al otro para que no hablara ni hiciera ruido.

Akutagawa movió sus labios, dándole una clara instrucción al albino que de inmediato y con el paso más lento que pudo dar se dirigió a la puerta de atrás donde estaba recostada Shippy.

El corazón de Atsushi latía fuertemente inundando sus oídos de este sonido, tomó un cuchillo y abrió la puerta con cuidado hasta que una gran cantidad de gritos y pisadas estallaron en sus oídos.

¡Joder, corre!, ya no importaba cuan silencioso fuere, solo debia escapar en estos momentos, sus pies de forma agil se desplazaron entre los arboles huyendo lo mas lejos posible de esa cabaña que ahora estaba siendo rodeada.

-.Maldita sea...debimos movernos tan rapido se mejoro...-balbuceo mientras corria lo que sus piernas le permitian, no fue hasta que estaba algo alejado que por fin se detuvo para descansar.- Joder...me duele...uff..

Ugh, me confíe demasiado, era obvio que en algún momento se movilizaron al bosque para tener un mejor rango de ataque, no sabe de que ejercito sean pero ambos son un peligro para una persona como el.

Si es el ejército azul ya valió, si es el ejército de Mori, valió al triple...

Ah...que dificil es vivir en guerra...pensó mientras jadeaba de cansancio, se inclinó hacia uno de los pinos para poder respirar, bien, necesita ver el lugar donde estaba, tenía que identificar las frutas que podía comer si es que Akutagawa se tardaba en llegar hasta el.

El principe y el caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora