Capitulo 10

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Atsushi despertó después de varias horas, la luz del día se había ido para dejar una oscuridad familiar que siempre le había acompañado en toda su vida, se sentó en la capa de Akutagawa mientras veía la cola de tigre que ahora estaba pegada a él.

Ugh…¿que paso ese dia?, ¿esta es una habilidad nueva?, debió darse cuenta si era eso, el director debió haberse dado cuenta…espera.

Tal vez esa es la razón por la que nunca encaje…

Eres demasiado duro contigo mismo…

Atsushi giró su cabeza rápidamente hacia lo profundo de la cueva. De nuevo esa voz retumbaba por su mente llenándola completamente.

-.¿Quien…Quien eres?-pregunto sosteniendo su cabeza, le pesaba tanto que tuvo que doblegarse ante la presencia.

Yo…vrb wx

La sensación de pesadez se fue, al levantar la cabeza frente a él estaba una copia idéntica a él, con la única diferencia de que tenía orejas y cola de tigre. Los ojos anaranjados le veían directamente haciendo temblar al albino.

Fxlgwh…

Aquella persona que poseia su cara se desvaneció dejando a Atsushi completamente sin palabras, casi como si volviera a respirar, sintió el aire llenar sus pulmones. Mientras jadeaba otra silueta apareció en la entrada de la cueva.

-.No puedo dejarte solo ni un segundo porque ya estás muriendo, ¿no es así?-Chasqueó la lengua el pelinegro mientras se acercaba. Pareció relajar su mirada cuando el otro le miró.

-.Perdón…creo…que estoy comenzando a delirar…-murmuró apenado el albino, al inspeccionar mejor al pelinegro noto una bolsa en su cinturón.- ¿Y eso?, ¿fuiste a recolectar algo?-pregunto curioso.

Akutagawa se quedó en silencio, casi como ignorando a Atsushi. Era claro que uno se ofendería, ¿no?, apenas iba a insultarle mentalmente cuando la bolsa que llevaba el otro cargando golpeo su cara.

-.¡Oye!, eres un maldito…-Exclamo enojado hasta que vio lo que había dentro de la bolsa.-...grosero…¿esto es ropa?-murmuró.

Al sacar la muda de ropa, noto que era ropa de hombre en un muy buen estado milagrosamente.

Atsushi miro la ropa y luego a Akutagawa quien tenía la cara volteada hacia un lado. Los ojos curiosos y atentos del albino notaron de inmediato el rubor que pintaba las orejas del otro hombre.

Su propia cara se pintó de carmín al poco tiempo.

-...Muchas gracias…-Balbuceo.

-.Solo vistete feo tonto.-Irritado, chasqueo la lengua.

El hombre se fue hacia afuera de la cueva para no ver el cuerpo de su compañero, Atsushi no pudo evitar reír antes de cambiarse.

Esto es nuevo…¿será que estoy teniendo problemas del corazón?, su pecho se sentía a explotar, era un sentimiento que aunque es nuevo, no parece desagradable para el pobre albino.

No, no, no, deja de pensar demasiado…

Atsushi se quitó su vestido y lo cambió por la ropa que le había dado Akutagawa, podría haberse sentido tímido por la presencia del pelinegro fuera de la cueva pero sabía que él no lo vería. No era un pervertido, él más que nadie lo sabía.

Espera, ¿qué es eso?, sus mejillas se sonrojaron suavemente. No Atsushi, tu no conoces bien a ese hombre, deja de soñar. Se apresuró a tomar el pantalón y meterse en ellos, escondió su cola enredándose en su pierna.

Su cabeza se asomó suavemente por la entrada de la cueva, al ver allí parado a Akutagawa le picó el brazo para llamar su atención. Este volteo con la ceja alzada, solo cuando Atsushi salió por completo pudo esbozar una ligera sonrisa.

El principe y el caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora