Parte 4

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8:29 a.m

Se levantó asustado, con un leve dolor de cabeza. Estaba en el suelo, descalzo y sin camisa, a su lado estaba Namjoon, durmiendo plácidamente. Buscó sus cosas rápidamente, con nerviosismo, y en eso despertó al moreno.

— ¿Q-que pasa? —soltó entre un bostezo Namjoon, aun con los ojos cerrados, intentando despertarse del todo.

— Tengo que irme. —murmuró nervioso.

Jimin habia logrado olvidarse de todos sus problemas por un buen rato gracias a Namjoon, y después de mucho tiempo, dormir profundamente. Pero, inevitablemente, debía volver a la realidad.

Revisó su celular, 29 llamadas perdidas, y mas de 50 mensajes, la mayoría de su madre.

Quería matarse.

— Perdón, tengo que irme. —estaba cada vez más nervioso, casi temblando, el moreno al verlo asi, se levantó rápidamente para ayudarlo.

— ¿Te llevo a tu casa? —preguntó acomodándose el pelo, tratando que se viera lo mas decente posible.

— No, no. Si me ven llegando contigo... No te quiero meter en problemas Namjoon, y menos al señor Taeyang y que por mi culpa lo despidan. Tomare un taxi.—dijo estando ya en la entrada, poniéndose lo zapatos, pero detuvo todo cuando el moreno le tomó la mano e hizo que se levantara.

Se abrazaron con fuerzas, con ganas. Namjoon parecía no querer soltarlo jamas, sacándole todo el aire, pero con un cariño le susurro: — ¿Cuando nos volveremos a ver?

— Con suerte, hoy en la noche, como habíamos quedado. —le susurró igualmente.

Y se despidieron con un tímido beso en los labios.

[...]

Cuando llegó a su casa todos los empleados lo recibieron preocupados, seguro pensaban que se habia tratado de un secuestro, o incluso algo peor.

— ¿Esta cansado Joven Park? —preguntó angustiada una de las cocineras. —¿No quiere ir a su habitación?

— Gracias, me encuentro bastante bien. —dijo finalmente el rubio con una gentil sonrisa.— Lamento mucho haberlos preocupado, pero necesito hablar con mi madre ahora.

Todo el grupito de trabajadores le respondieron con un poco más de calma que la señora Park se encontraba en su habitación, y que estuvo estresada toda la noche anterior y esta mañana.

Jimin les agradeció una vez más y asustado se dirigió hasta donde se encontraba su madre.

— ¿A donde habías estado, hijo mio? —fue lo primero que dijo u progenitora al verlo; el rubio reconocido ese fingido tono de preocupación al instante, pero como siempre no dijo nada.— Chicas, pueden irse. —y asi despachó a las muchachas que le estaban haciendo un masaje por el "estrés" y "angustia" que sentía.

Estando finalmente solos, ella quito esa cara de preocupación y la cambio por una mucho más fría y molesta.

— Estas mal de la cabeza, ¿no? —se levantó de la cama, con paso lento, para acercarse al rubio— ¿Sabes como quede ayer? ¿Sabes en el nivel de vergüenza que sentía? ¡Por supuesto que no lo sabes! Mientras hacías ese estúpido berrinche de no presentarte a la cena, yo tuve que soportar la vergüenza en frente de los Kim. ¡Tu maldita boda es en cinco meses Park Jimin! ¡Ya no hay vuelta atrás y lo sabes perfectamente! Es eso, o deja de considerarte un Park. —le escupió con desprecio.— Vete ya.

Y asi lo hizo, sin decir nada, sin hacer objeción alguna, salió de la habitación aguantando su llanto.

¿Él o yo? - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora