Trataba de calmar sus nervios nuevamente, se vio al espejo por ultima vez, tomo su celular y salió de su casa. Atravesó el patio rápidamente hasta llegar al estacionamiento, sentía la adrenalina corren por sus venas, ¿Que iba a decir si lo descubrieran? ¿Que pensaría su madre?
— ¿Joven Jimin?
Lentamente, se dio la vuelta; lo habían descubierto.
— Ahh, señora Lee. —suspiró un poco más tranquilo, solo era una empleada.
— ¿Que esta haciendo aquí, a estas horas?
— No se preocupe, de verdad. —se le acercó y tomo sus manos con delicadeza— Por favor, no se lo cuente a nadie. Volveré antes de que amanezca. Que sea nuestro secreto, por favor.
— Esta bien, pero asegúrese de regresar, podría tener muchos problemas.
Le agradeció, y salió con prisa. Conocía a la señora Lee desde hace mucho, era de confianza y podía estar tranquilo.
Despues de una pequeña carrera llegó al lugar de encuentro, revisó la hora en su celular y estaba a tiempo, ahora solo tenía que esperar a Namjoon. Y a los minutos de pensar en él, el chico apareció con su motocicleta por la carreta y le invitó a subirse.
— Toma. —dijo tranquilamente mientras se quitaba el casco que traía puesto para dárselo al rubio.— Lo siento, no tengo un casco extra y prefiero que lo uses tú.
Las mejillas de Jimin se tornaron rojizas, pero por la oscuridad de la noche el moreno no pudo notarlo y lo agradecía eternamente.
[...]
Llegaron al apartamento de Namjoon una vez más, se pusieron cómodos y comieron algunas chucherías, jugaron y hablaron entre risas. Cada vez que estaban juntos, el tiempo pasaba terriblemente rápido.
— ¡Ah! Tengo que enseñarte algo. —soltó con emoción el moreno, parándose y obligando a Jimin a seguirlo.
Salieron al pasillo y subieron por las escaleras, hasta llegar a la terraza del edificio. El rubio se acomodó el hoodie, hacía un frío espeluznante ahí arriba pero Namjoon parecía ni sentirlo.
— ¡Mira que bonito! —gritó con una sonrisa enorme en la cara, señalando el bello paisaje de la nocturna Seúl.
Jimin se acercó lentamente hasta llegar a su lado, realmente era muy bonito. Pero no pudo evitar un suspiró congelado.
— Oh... —entre risitas de burla, Namjoon lo abrazó, prestándole de su calor. Se acurrucó entre el pecho del chico y contempló la vista una vez más.— No te volveré a dejar ir Jimin, nunca.
El rubio volvió a suspirar, pero esta vez fue de alivio.
— Gracias... —susurró con una pequeña sonrisa.
Luego de mirar la ciudad por un rato más, entraron al edificio, con la intensión de volver a bromear y comer un poco más en la sala del moreno, pero ya era demasiado tarde y Jimin tenía que volver a su "hogar".
Se despidieron amargamente, pero prometieron que a en unos cuantos días volverían a verse y repetirían lo de hoy. El rubio le plantó un tierno beso en los labios, y se fue tranquilamente hacia su casa.
Al llegar saludó muy enérgicamente a la señora Lee que había esperado pacientemente a su regrese (durmiéndose a ratos), le deseo buenas noches con un abrazo y fue corriendo a su habitación.
Otra noche donde pudo dormir profunda y tranquilamente, todo gracias al moreno.
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¿Él o yo? - NamMin
Fanfic- ¡Yo me opongo! -se escuchó una fuerte voz interrumpir el lugar, formándose un eco poderoso, que retumbó por todo la iglesia. Los murmullos no tardaron en llegar. Se volteó, y se sintió desmoronarse. Era él. HISTORIA TOTALMENTE REESCRITA.