Los días pasaban y la boda se acercaba cada vez más, solo faltaban dos días para esta.
Jimin tenía la esperanza que el moreno regresara, lo salvara cómo lo había hecho tantas veces atrás, pero no habían rastros de él. Se había dado por vencido, estaba muy seguro de ello, pues el se había rendido desde que dejo de verlo.
Dio un suspiro y se revolvió en la cama por milésima vez, estaba harto: otra noche en la que no podía dormir.
Desde que comenzó esta pesadilla del insomnio, estuvo intentando todo tipo de métodos para intentar conciliar el sueño, pero nada funcionaba, ni un poquito. Se cansó de todo, y decidió esperar hasta dormirse.
¿Y que hacía mientras esperaba?
Sobrepensar, recordar e imaginar a muerte.
Esta vez, tocaba recordar. Recordar lo que había pasado esa noche en el departamento de Namjoon:
— ¿Por que te fuiste?
Recordaba muy bien cómo la sonrisa del mayor desaparecía lentamente y el ambiente se volvía un poco más tenso. Tuvo que esperar unos cuantos minutos para que le respondiera.
— Tenía miedo. —y soltó una risa amarga— Suena tonto, lo sé, pero sentía que no iba a ser suficiente para ti, y por más que lo intentara, nunca podría llegar a hacerte sentir totalmente feliz.
En ese momento se sintió tan ofendido, si iba a mentirle así, que buscara una mejor excusa, pero el moreno siguió, sin dejarlo hablar.
— ¿Recuerdas a Yoongi? Oh, ese imbécil.
Lo recordaba perfectamente. Yoongi, un chico elegante, guapo pero extremadamente pálido y con mucho dinero, que su madre le habia presentado con la excusa de que quería que fueran amigos, pero claramente buscándole un pretendiente para sacarlos de sus "problemas" económicos.
Y aunque le parecía muy educado y divertido, no era su tipo. A él le gustaban más morenitos.
— ¿Recuerdas la vez que fui a buscarte, creo que un fin de semana, y me contaste que ya era cómo la decima vez que iba a tu casa? —asintió aún molesto— Pues me lo cruce en el estacionamiento, iba saliendo con su carrito del año. Y lo enfrente.
También recordaba muy bien que el pálido había dejado de ir a su casa repentinamente y que por eso perdieron contacto, ¿había sido por eso?
— ¿Le pegaste? ¿Que le hiciste?
— Nada, te juro que no lo toque. Solo que...
Y le conto algo avergonzado lo que había pasado. Cómo el moreno se había presentado cómo el "oficial".
— ¿Oficial? —el pálido se carcajeó al escuchar esto— Si de verdad lo fueras, no estaría aquí. —lo miró de arriba bajo y volvió a reír— ¿También vienes a visitarlo? ¿Es tu primera vez? El chico es dificil, lo admito, pero con buena cara y buen culo.
— ¿Mi primera vez? —y se carcajeó también— Mientras que tu te sigues vistiendo formal para "impresionarlo", a mi me recibe con los brazos abiertos sin importar lo que use. Y créeme que el solo te abre la puerta por compromiso... Si supieras lo que él dice de ti.
Y lo que siguió despues de eso, fueron puras mentiras dichas por el orgullo golpeado del moreno, las suficientes para dejar a Yoongi suficientemente ofendido y herido para que no volviera a aparecer. Pero a decir verdad, el pálido le agradaba bastante a Jimin.
— ¿Y cómo séque es cierto? —honestamente, tenía mucha lógica, pero nada le aseguraba que Namjoon no estuviera mintiéndole desde el principio.
— Déjame terminar, por favor. —resignado, dejó que el moreno prosiguiera.— Y aunque había logrado que es idiota dejara de molestar, lo que me dijo seguía carcomiéndome la cabeza y cuando me contabas de lo que hacías en tu día a día, me di cuenta que vivíamos en mundos diferentes, y que si te ibas conmigo no iba a poder darte esos lujos.
Namjoon no era pobre, pero si se le comparaba con Jimin, había una diferencia abismal de estilos de vida.
— Estuve asi por un buen tiempo. —su tono de vos se apagaba cada vez más, y las pausas que hacía eran mas pronunciadas.— Cuando empezábamos a vernos cada vez menos, me crucé a tu madre... Ella me destruyó. —y una lagrima rodó por su mejilla.
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¿Él o yo? - NamMin
Fanfiction- ¡Yo me opongo! -se escuchó una fuerte voz interrumpir el lugar, formándose un eco poderoso, que retumbó por todo la iglesia. Los murmullos no tardaron en llegar. Se volteó, y se sintió desmoronarse. Era él. HISTORIA TOTALMENTE REESCRITA.