"𝙴𝚂𝚃𝙰𝙼𝙾𝚂 𝙹𝙾𝙳𝙸𝙳*𝚂."

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ꜱᴇʀ ʙᴜᴇɴᴀ ꜰᴜᴇ ᴍɪ ᴘᴀꜱᴀᴅᴏ ᴘᴇʀᴏ ᴍᴇ ʟᴀꜱᴛɪᴍᴀʀᴏɴ ᴘᴏʀ Úʟᴛɪᴍᴀ ᴠᴇᴢ ʏ ɴᴏ ᴅᴇᴊᴀʀÉ Qᴜᴇ ᴏᴛʀᴀ ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀ ꜱᴇ ᴀᴘʀᴏᴠᴇᴄʜᴇ ᴅᴇ ᴍÍ. ʟᴀ ꜰᴜʀɪᴀ ᴍᴇ Qᴜᴇᴍᴀ ʟᴀ ᴘɪᴇʟ ʜᴀꜱᴛᴀ ᴛᴇʀᴄᴇʀ ɢʀᴀᴅᴏ.





















 ʟᴀ ꜰᴜʀɪᴀ ᴍᴇ Qᴜᴇᴍᴀ ʟᴀ ᴘɪᴇʟ ʜᴀꜱᴛᴀ ᴛᴇʀᴄᴇʀ ɢʀᴀᴅᴏ

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LA HABITACIÓN ESTABA DESTROZADA, TODO ERA UN CAOS Y LOS GRITOS RESONABAN EN TODA LA FORTALEZA. A penas el sol había logrado ocultarse cuando la respuesta de la casa Lannister llegó con un desfile de obsequios de los más ostentosos y caros que podrían ser ofrecidos y vistos en los siete reinos.

El rumor sobre el compromiso entre la princesa Daenerys Targaryen y Lord Jason Lannister no tardó en recorrer cada rincón de la enorme fortaleza color rojo, y sin falta alguna a los oídos del rey fueron susurradas las palabras suficientes para hacer que este entrará en cólera contra aquel compromiso

— Es insólito, ni siquiera acudieron para tu consentimiento. — expresó molesta Rhaenyra. — ¿Qué dirá el reino cuando se entere? ¿La corte? ¿La fe? — cuestiono. — Esto es una clara afrenta hacia el rey. — aseguró.

La joven se removió de su asiento molesta, una copa de vino fue tomada en sus manos para dar un trago profundo sin mueca alguna.

— Concretaron un compromiso sin tu consentimiento desde hace cinco malditos años. — se quejó molesta. — Ahora los Lannister exigen que honren la palabra que la reina ha dado a su casa. ¡PUTOS OPORTUNISTAS DE MIERDA! — gritó airada la heredera.

Viserys quien escuchaba atentamente las palabras de su hija mayor se sobresaltó al instante el fuerte sonido de varios objetos caer. El primero en entrar a la habitación fue Ser Harwin, el fiel guardia juramentado de la heredera aunque para nadie era un secreto que este era el amante de la princesa y el verdadero progenitor de sus tres vástagos.

— ¿Está todo bien su majestad? — pregunto el Ser.

— Si. — contestó cortante la heredera. — Salga. — ordenó aún conteniendo la rabia.

Viserys se puso en pie tratando de acercarse a su hija.

— Mi niña, debes guardar la calma. — la palmeó con tranquilidad. — No comprendo tu molestia hacia el compromiso de tu hermana, ¿qué podría afectarte? — pregunto.

Rhaenyra le lanzó una mirada dura a su padre, pues para ella, él aún era un estupido iluso incapaz de ver las artimañas de esas ratas verdes.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐘 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora