"Adios Infierno"

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Rubí

Me levante temprano y note que tenía un dolor de cabeza horrible, mire el celular rápido y en el grupo de la Secu decía que no había clases.

Suspiré y me volví a acomodar entre las cobijas.

Hasta que escuche a mi mamá y me levanté un poco adormilada, baje las escaleras todavía con piyama y baje las escaleras en cuanto llegue a la sala me puse pálida como una hoja.

Mamá estaba sentada en uno de los sillones mientras que en el sillón de al frente estaba el chico que había conocido, Caleb, y en la mesa del centro un portafolio lleno de dólares.

-M-Mama que está pasando?- pregunté desconcertada.

-Bueno, ya no tendré que soportar te, ahora le perteneces- dijo mamá con malicia.

-No puedo creerlo... Me vendiste?...- pregunté con los ojos llorosos.

-Hasta que piensas niña tonta, no te necesito, siempre has sido un estorbo, y esto es más que suficiente- dijo mostrando el dinero -Nunca te considere mi hija, solo una tonta que nunca debió existir-

Nunca en mi vida pensé que mi madre, mi propia madre me dijera eso, empezaron a salir lágrimas y sentía que en cualquier momento mis piernas iban a dejar de funcionar.

-Bueno, es un trato?- dijo mamá ofreció dele la mano.

-Si, que disfrute su dia- luego el me volteo a mirar, se levantó y me susurró -Te sacaré de este infierno, no te haré nada malo si? Ya vámonos-

Lo mire a los ojos con ojos llorosos y asentí.

El tomo mi mano y salimos de la casa, en cuanto salimos me solté derrepente y cai al piso y llore a gritos arrodillada.

-Porque?! Yo de verdad la quería, nunca debí hacer... Porque no me quiere...- dije entre sollozos.

-Hey, mirame, eres una chica preciosa, no merecías eso, ella no fue una buena madre para ti, pero te juro que te cuidare si? Ven no me gusta verte llorar nena- dijo sacando mis lágrimas delicadamente y me ofreció su mano la cual acepte y me ayudó a levantar me.

Me dirigió al carro que estaba parqueado y me ayudó a subir, el subió, encendió el auto y empezó a conducir.

Fue como 15 minutos hasta que llegamos a una casa, bueno eso parecía una mansión.

Me ayudó a bajar y unos hombres altos y corpulentos nos escoltaron hasta la entrada.

-Bueno, desde ahora vivirás aquí linda, bienvenida- dijo con una sonrisa.

Me acerqué y lo abracé fuerte.

-Gracias no sabes lo feliz que me acabas de hacer- el correspondió al brazo.

-Puedes descansar si quieres, te llevo a tu habitación?- pregunto.

-Bueno... Si no hay ningún problema por favor-

Tomo mi mano y subimos al segundo piso, habían varias habitaciones pero parece que me llevo a su habitación.

-Mira, descansa aquí mientras si? Mientras se acomoda tu cuarto- dijo cerrando la puerta.

-Dale, tranquilo, y como te recompenso lo que acabas de hacer por mi?- pregunté.

Se acercó a mi oído y me susurró -Ya verás linda, solo espera..- me puse roja por alguna razón su presencia me hacía sentir nerviosa.

-E-esta bien-

Sonrió

-Bueno descansa nena cuando hayas descansado hablamos si? Descansa linda- dijo saliendo de la habitación.

Le sonreí me acosté en su cama y era increíblemente suave y cómoda, en menos de un segundo cerré los ojos y lo último que pensé fue.

"Viste, saliste de allí gracias a el, adiós infierno... Pero a qué se refería con que ya vería con que pagárselo?"

Era tan inocente en ese momento que no sabía lo que me esperaba...

"Es solo un estúpido contrato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora