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Era hora de que los hermanos se marcharan

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Era hora de que los hermanos se marcharan. (__) les había pedido que no cometieran más crímenes, y mucho menos que volvieran al fuerte de Merópide. No quería que mancharan sus prometedoras carreras como magos y buzo profesional. Ya tenían suficiente con pertenecer a los Fatui. Lyney también tomaría el lugar de madre una vez se retirará, y tenían muchas responsabilidades sobre sus hombros.

—No te preocupes demasiado, hermana —le aseguró Lynette, abrazándola con ternura—. Verás que pronto llegarán las buenas noticias a tu vida y podrás reunirte con tu familia.

—Pareces muy desdichada después de la partida de tus hermanos —comentó una voz a sus espaldas.

(__) se giró para encontrarse con Wriothesley, sus ojos aún brillando por las lágrimas.

—Y pareces disfrutar viéndome en esta lamentable condición —respondió con amargura.

Los ojos de Wriothesley se estrecharon ligeramente.

—¿Sabes? No tienes derecho a quejarte de estar lejos de tu familia, cuando las personas a las que lastimaste fueron alejadas de las suyas... —mencionó, manteniendo los brazos cruzados. Sus palabras resonaron con dureza.

—Puedo jurar por mis hijos que nunca he cometido un crimen de tal calibre —afirmó, apretando los puños con frustración. —Incluso después de las noches que hemos compartido, no he logrado cambiar tu percepción de mí.

El ceño de Wriothesley se profundizó aún más.

(__) luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse. El rostro de Wriothesley mostró compasión, y finalmente se separó de la pared para acercarse a ella, posando sus manos en sus hombros.

—Nunca haría algo que pudiera dañar a mi familia —expresó con desesperación (__). —Para mí, mis hijos son mi prioridad, jamás cometería un acto que me alejara de ellos.

—¿De veras no eres culpable de nada? Si es así, ¿por qué estás aquí en lugar de estar en casa con tu familia? —le cuestionó.

—Sé que no soy una persona perfecta —susurró, secando algunas lágrimas rebeldes con el borde de su blusa.

—¿Cuánto sangre había en tu ropa y manos cuando te encontraron en la escena del crimen? —le cuestionó mientras su expresión se oscurecía.

(__) tambaleó al recordar aquel momento. No quería acordarse de él, ver los cuerpos sin vida de aquellas personas, como la sangre y pedazos de carne humana caían por los cielos. Su cuerpo fue cubierto por aquella sustancia y deshechos en solo unos segundos.

(__) cerró los ojos, intentando bloquear la imagen de la masacre. 

(__) parecía visiblemente fatigada

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(__) parecía visiblemente fatigada. La sensación pegajosa de la sangre, aunque inconsciente, no le permitía conciliar el sueño.

Los primeros días en el Fuerte Merópide había pensado que ya había superado esa experiencia, pero el tormento regresó para afligirla una vez más. Sigewinne percibió inmediatamente su estado.

—Debería procurar relajarse o podría verse afectada la producción de su leche materna—aconsejó Sigewinne, mientras le ofrecía una infusión para inducir el descanso.

—Últimamente siento mucho dolor en los pechos y noto que se enrojecen—informó (__) a Sigewinne, cuya expresión se tornó reflexiva.

—Podría tratarse de mastitis, probablemente agravada por el estrés. Sería sabio que permanezca en la enfermería, descanse adecuadamente y extraiga por completo la leche. De lo contrario, podría desarrollar una infección severa y carecemos de recursos para tratarla—explicó Sigewinne con suma claridad.

(__) asintió, consternada, consciente de que nunca había experimentado algo similar durante sus embarazos anteriores.

—Está bien, gracias por su ayuda, Sigewinne—expresó con sincero agradecimiento.

—No tiene por qué preocuparse. Vaya a descansar en una de las camillas mientras yo atiendo algunos papeles. La despertaré a la hora de la cena—instruyó Sigewinne. (__) asintió y, al recostarse en la camilla, cayó profundamente dormida. Sigewinne retomó sus labores, pero su concentración fue interrumpida por la llegada del Duque y el juez principal.

—Es un placer verles. Si están buscando a la señorita (__), está descansando. No sería prudente someterla a más estrés hasta que se solucione el problema de la mastitis—informó a ambos, notando la confusión en sus rostros.

—¿Mastitis?—inquirió extrañado Wriothesley al escuchar aquel término.

—Es una inflamación en el tejido mamario, y ha comenzado a presentar síntomas debido al estrés—explicó de manera sucinta.

—Parece que tiene suerte de que el proceso se esté retrasando—comentó Neuvillette, algo exasperado.

El caso se había expandido por todo Teyvat. Las familias de las víctimas presionaban para una ejecución pública de (__), mientras que otros clamaban por su liberación, argumentando que no podía ser la culpable.

Sin embargo, las averiguaciones de las autoridades de Fontaine eran sólidas. La desaparición de personas había coincidido con la llegada de (__) a la región y cesado tras su captura. A pesar de la certeza de su culpabilidad, persistía la incógnita sobre quiénes la ayudaban en los actos atroces contra personas inocentes.

 A pesar de la certeza de su culpabilidad, persistía la incógnita sobre quiénes la ayudaban en los actos atroces contra personas inocentes

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Familia [Neuvillette, Wriothesley x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora