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Wriothesley la observó con sutil diversión, disfrutando de la situación

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Wriothesley la observó con sutil diversión, disfrutando de la situación.

—Y bien, ¿Qué nos traes ahora?—le habló en un tono juguetón—. Tu discurso ya lo conozco de memoria.

—Si ya estás al tanto, ¿Qué más podría revelarte? Quizás detalles sobre mi esposo o mis hijos—sus ojos rodaron ligeramente.

—Prefiero no adentrarme en conversaciones sobre tu esposo; después de todo, no creo que ningún hombre esté dispuesto a escuchar sobre un encuentro con su compañera—comentó con cierta incomodidad.

—Entiendo. Cometí un error respecto a mi ética y moral—(__) reflexionó, dirigiendo esas palabras hacia sí misma.

—No me arrepiento, aunque lamento el contexto en el que nos encontramos—expresó sin tapujos—. Sin embargo, parece que no eres una prioridad para tu marido, ¿verdad? No ha acudido a tu rescate ni para demostrar tu inocencia.

Las palabras del duque resonaron profundamente en su corazón. Deseaba confiar en su esposo, pero la ausencia de éste ya no resultaba justificable, especialmente en su situación actual.

A pesar de ello, conservaba la esperanza de que él la ayudara, devolviéndole su libertad, tal como lo hizo años atrás cuando la salvó.

—Aunque él no se halle presente, demostraré mi inocencia. Estoy convencida de mi inocencia y de mi regreso a casa con mi familia—declaró con firmeza.

Un ligero gesto con sus labios se dibujó mientras observaba cómo Wriothesley acortaba la distancia entre ellos.

—Eso está por verse; mientras tanto, seguirás siendo vista como culpable y no podrás partir de aquí a menos que Neuvillette desee conversar contigo—tomó su barbilla, acariciando con suavidad sus labios, generando un estremecimiento en ella.

—No me parece apropiado tu tacto o cercanía, Duque—expresó nerviosa (__), notando la atención del hombre en sus labios. Su corazón comenzaba a acelerarse, al igual que su pulso.

—¿Por qué no?—preguntó burlonamente.

—Porque se espera que cumplas con tu labor y no juegues de esta manera conmigo—intentó liberarse, pero su interlocutor se mantenía firme, ahora con sus manos en su cintura.

La acorraló contra el escritorio, aumentando su nerviosismo.

—Estoy actuando con la debida profesionalidad; no he hecho nada inapropiado o que no hayas permitido, ¿o acaso no intentaste seducirme durante días?—señaló, haciendo que (__) tragara saliva.

—A pesar de eso...—murmuró, siendo interrumpida por Wriothesley.

—Si tanto detestas esto, deberías actuar con más convicción en tus acciones y empezar a colaborar con la justicia. Nada cambiará si sigues mintiendo—indicó—. Es hora de retirarte, señorita (__). Espero una cooperación más eficaz en el futuro.

 Espero una cooperación más eficaz en el futuro

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(__) sintió cómo sus mejillas se humedecían. Estaba cansada de los interrogatorios; no había cometido el crimen del que la culpaban.

No iba a confesar algo que no había hecho, nunca daría su brazo a torcer, pero seguía siendo humana.

—Si colaboras más, evitaremos estas tediosas sesiones de interrogatorio —le espetó Neuvillette mientras secaba con un pañuelo de seda las lágrimas de la joven.

—Anhelo únicamente un juicio justo y regresar a casa una vez se demuestre mi inocencia —expresó entre sollozos.

—Lamentablemente, no disponemos de pruebas que aboguen por tu inocencia; careces incluso de una sólida coartada, como ya habíamos mencionado —respondió con firmeza, tomando el mentón de (__) cuando esta apartó la mirada.

Mantenía su mirada fija en la joven. Acomodó sus manos en la cintura de (__), debatiéndose en una encrucijada emocional respecto a sus sentimientos hacia ella.

—Vuestra excelencia, podría entrar alguien —respondió (__) con cierto nerviosismo al sentir el tacto del caballero.

Sus mejillas se ruborizaban y su corazón latía aceleradamente.

—Nadie puede ingresar sin mi permiso; no debería alarmarse —le recordó, procurando ajustar la distancia entre ambos.

—Aun así... —murmuró, su mirada algo cohibida.

—No debería sentirse incómoda; esta no sería la primera vez que compartimos este tipo de momentos —intentó tranquilizarla Neuvillette, dejando que sus manos descendieran para atraerla sutilmente hacia él.

Cuando sus manos llegaron a aquel punto, la levantó, haciendo que de sus labios saliera un jadeo.

—Vuestra excelencia, no estoy segura de que esto sea apropiado; debería mostrar más respeto hacia mi esposo —mencionó mientras percibía cómo Neuvillette la acomodaba sobre su escritorio.

La sonrisa del gran juez se desvaneció y la comprensión lo golpeó; estabas técnicamente en lo cierto. Podría ser sustituido de su trabajo si continuaba su aventura, aún así, había algo en lo que no le permitía dejar ir a la menor.

—Parecía que no le importaba mucho arriesgar su matrimonio mientras me seducía, señorita (__) —Neuvillette no pudo evitar acercarse, sus labios a punto de rozar los suyos.

El se acercó lentamente, cuando sus labios tocaron uno con el otro, sintieron una oleada eléctrica fluyendo sobre sus cuerpos.

La menor siempre caía ante aquellas sensaciones que la desbordaban. A pesar de sus negativas, siempre era fácil doblegarla y hacerle tragar sus palabras.

Los besos se volvieron un poco más apasionados, las manos se movían lentamente alrededor de su cuerpo mientras ambos se calentaban más solo con el tacto. Podías sentir las manos de Neuvillette moviéndose lentamente por toda tu espalda, acariciando tu piel mientras te acercaba suavemente.

Los dos disfrutaban cómo ambos se entrelazaban más con cada movimiento. Pero aún así la oleada de culpa siempre la embargaba una vez finalizaba esa tormenta eléctrica que recorría su ser.

 Pero aún así la oleada de culpa siempre la embargaba una vez finalizaba esa tormenta eléctrica que recorría su ser

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Familia [Neuvillette, Wriothesley x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora