La hija de mi enemiga ~ Min Yoon-Gi

[6] ~ Queja.

Definitivamente no había tenido una peor noche, incluso soñé con esta casa y todos sus riesgos. Apenas cerré los ojos y ya estaba una maldita alarma sonando unas horas después.

- Vamos niña, debe asearse porque en unas cuantas horas van a venir por nosotras. Hoy vienen unos socios del jefe y la comida debe salir mejor que la anterior. -Me dijo la señora Hwan y yo me levanté-

Le dí los buenos días y caminé al baño, cuando salí de bañarme ahí estaba mi ropa, que en realidad era un uniforme más elegante que el de ayer... Espera ¿En qué momento llegó eso ahí?

Creo saber el motivo, simplemente me cambié y la Sra. Hwan repitió el proceso. Luego de unos minutos, ya estábamos listas, según la Sra. Hwan decía que todavía nos quedaba tiempo para estar en la habitación. Nos sentamos en su cama y comenzamos a platicar.

- ¿Cuál es la peor área? -Pregunté a la Sra. Hwan-

- Sin duda, es donde el jefe tiene a sus parejas para pasar el rato. -Dijo resignada-

- ¿No se supone que las debe tener bien? -Me pareció tan extraño-

- Para nada, la habitación es linda pero si los guardias aquí son malos, no te imaginas en esa habitación. Seguido sacan cuerpos de chicas que mueren a golpes y demás. -Dijo cabizbaja-

- No puede ser... Que triste. ¿Pero cuál es la mejor área? -Le pregunté-

- La cocina, estás en la mejor área niña. Aunque está vigilada, no corres tanto peligro en otras áreas, así como las chicas de limpieza, ellas si saben lo que es el sufrimiento. -Dijo seria-

- ¿Por qué los demás la envidian? -La miré-

- Hace un tiempo que a mí no me castigan, claro que me gritan y en ocasiones hasta me dan un golpe pero ya no lo hacen con tanta fuerza para matarme. Pero hay una historia desgarradora detrás. - Bajó el rostro-

- ¿Puedo preguntar lo que pasó? -Le tomé la mano-

- Es la primera vez que lo voy a contar. Mis descansos son los martes, claro que siempre es acompañada de alguien, aunque antes no era así. El problema sucede cuando conozco un chico que en aquel entonces ambos éramos jóvenes, nos hicimos novios y solo nos veíamos cada martes, el verdadero problema sucede cuando salí embarazada de él y se lo conté al jefe, en ese entonces era el papá de nuestro nuevo jefe.-No lloraba pero seguía cabizbaja-

- ¿Pasó lo que creo que pasó? -Yo estaba asustada por lo que fuera a decir-

- Tuve una hija, si nació pero el jefe me dijo que si mi hija iba a vivir aquí entonces para los 7 años ya tenía que servir a la casa y ser una más de limpieza. No lo permiti y la entregué a mi pareja, mi hija empezó a crecer y yo solo la miraba cada martes, un día cuando mi hija ya tenía como 7 u 8 años, a mi pareja se le ocurrió declarar la guerra para salvarme y llegó aquí con demasiados policías, guardias, ejércitos y demás... No quedó nadie, lo mataron y buscaron a mi hija para matarla, me entregaron su cuerpo sin vida. Me mataron por dentro y después se dió cuenta de lo desalmado que fue, jamás me pidió una disculpa pero prometió no ser tan "malo" conmigo y esa es la orden que le dejó a su hijo... Eso no lo sabe nadie, por eso creen que soy privilegiada aunque en realidad llevo un dolor inexplicable en mi interior.

- No puede ser... De verdad lamento tanto lo que le hicieron. - La abracé y ella a mí, la Sra. Hwan inspira mucha confianza en mí.-

- Me recuerdas a mi pequeña... -Apenas le iba a contestar, pero tomaron la manija de la puerta y ella se levantó rápidamente y me jaló de la mano-

La Sra. Hwan se paró firmemente enfrente de la puerta y me indicó que hiciera lo mismo, me paré firme, cuando abrieron la puerta ya estábamos las dos listas.