El naranja teñía levemente el cielo, tornándose cada vez más oscuro, la luna ya brillaba en el cielo. En el centro de la habitación, en la gran cama estaba recostado JaeMin, luego de decidir que quería estar solo, por lo menos, hasta que su padre entrara en razón y se retractara de sus palabras. Aunque eso parecía tan imposible que estaba replanteándose la idea de regresar a sus viejas costumbres para espantar alfas o tal vez revisar en los libros de RenJun, si existía alguna forma de retrasar su celo.
Ya había intentado negociar esa ridícula propuesta, pero Chittaphon se adelantó a ello dejándole un desagradable sabor en la boca. Todo debido a que, contrario a lo que pensó que diría, aumentó el resentimiento al hablar acerca del embarazo y todo lo que ello conllevaba. No tuvo que escuchar todo el discurso, antes de ello, JaeMin golpeó la mesa con el puño y se encerró en su habitación siguiendo las acciones de DongHyuck, las cuales incluso JungWoo siguió sin importarle dejar con las palabras en la boca a la Luna de la manada.
Aunque cuando llegó a recostarse pesadamente sobre su cama, el enojo se nubló en cuestión de instantes y la tristeza lo embargó completamente. Su familia estaba desmoronándose de un día a otro, tan rápidamente como un juego de equilibrio que corría el riesgo constante de desmoronarse tan pronto una leve brisa empujara una de las piezas. Levantó su mirada hacia el techo e intentó tragar sus lágrimas, sintiendo que ya había llorado demasiado. Llorar no iba a solucionar nada.
Hiba ser la incubadora de un bebé, como dijo su hermano y él no lo deseaba, no por obligación de su padre y por el capricho del señor Kim. Se tragó un sollozo y pensó en una solución. Si, tal vez estaba solo en esto, pero no podía resignarse, DongHyuck se había encargado de enseñárselo desde que era pequeño.
Se sentó sobre su cama de un salto y analizó sus dos opciones. En primer lugar, sus ideas siempre eran buenas, pero fue DongHyuck quien siempre llevaba la teoría a la práctica. Y, en segundo lugar, pensaba que no se atrevería a poner algún tipo de cosa extraña en la comida o bebida de algún alfa, por eso y más, debía inclinarse por su segunda opción, estaba pensando en escabullirse en la cabaña de RenJun esa misma noche, sin levantar sospechas y sin avisar a nadie.
Un suspiro pesado salió de sus labios y giró su cuerpo entero, detallando sin mucho interés el diseño tallado en su puerta. Aunque ese momento de distracción quedó olvidado cuando la puerta de su habitación sonó insistentemente, y la autoritaria voz de la beta que servía a la familia, resonó en su habitación.
- ¡es hora de cenar! - dijo solamente - por órdenes de su padre, debo supervisar que se alimente correctamente - avisó y giró lentamente la manija de la puerta, sin éxito - señorito JaeMin, abra la puerta - ordenó al notar que la puerta estaba asegurada - ¡JaeMin! - gritó al no obtener respuesta inmediata -
- YooNa, sabes que no me gusta que me molesten cuando estoy en mi habitación - respondió sin ganas, sin embargo, incorporándose para abrir la puerta - solo deja eso aquí y no hagas más escándalo -
JaeMin sostuvo por su cuenta la bandeja de comida y cerró la puerta casi inmediatamente, sin importarle si fue una mala idea desquitarse con una beta inocente. Por eso, la comida terminó sobre su mesita de noche y él volvió a recostarse en su cómoda cama. Pero, pronto apretó sus labios formando una fina línea y apretó su puño elevándolo hasta verlo frente de su rostro. Solo tendría que ser esta noche y tal vez se libraría de todos los alfas con ese pequeño sacrificio.
La bandeja a un lado de su cama no se veía sospechosa, pero aún tenía sus dudas, así que solo tomó un pedazo de pan que descansaba inocentemente a un lado de algunas frutas. Se encogió de hombros y se metió la comida a la boca, después no quería sentir su estómago reprochándole por ser tan descuidado con su alimentación.
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BAD BLOODㅣMarkHyuck-NoMinㅣ
FanfictionEl segundo hijo de la familia Suh, DongHyuck, está en busca de un alfa. Sin embargo, Suh JaeMin no permitirá que Suh DongHyuck se comprometa con nadie, porque eso marcaría el inicio de su perdición. En ese momento, un extraño alfa hace su extravaga...