El tiempo

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Heredero...

La sola mención de esa horrible palabra lograba irritarlo y replantearse su decisión de haberse casado. Aunque, no había sido mala idea tomar de esposa a la mujer más hermosa, decidida, responsable, cariñosa, MinJu sería perfecta si tan solo dejara de preocuparse por el futuro. Seguramente su esposa aún no lo sabía, pero él, estaba más que seguro que ella tenía como su mayor miedo, el amanecer una mañana y encontrar su cama vacía.

Por supuesto, él se consideraba un esposo fiel, jamás podría hacerle tal atrocidad a su mujer, sin embargo, comenzaba a sentirse hostigado por las repetidas insinuaciones. Ello, sumado a sus horas y horas con los ojos pegados a los viejos libros de la biblioteca que debía leer por obligación, y los asuntos que debía resolver como líder, solo acababan por desgastarlo de más.

Tal vez cansado de ello, decidió burlarse de MinJu escapando hacia el frondoso bosque a unos metros de su hogar. Solo en esta oportunidad. Solo sería una vez. Porque, seguramente luego su mujer lo regañaría hasta cansarse, y realmente odiaba verla enojada.

Pero ahora, a lo que vino, cerró los ojos disfrutando la leve brisa que chocaba con su rostro mientras corría libremente esquivando los grandes árboles. Pronto, y casi sin darse cuenta, una radiante sonrisa dejó que sus dientes blancos relucieran con mayor intensidad que la luna. Y se sintió tan bien poder sonreír nuevamente, sin pensar en el qué dirán. Dejó que su pequeña sonrisa terminara en risas suaves que luego subieron de intensidad a medida que el olor del bosque lo envolvía cariñosamente. Decidió bloquear sus pensamientos por completo, dejándose llevar por el momento. Y cuando menos se lo esperaba, ya se encontraba en un nuevo lugar, un amplio claro en el bosque que tenía flores como principal atractivo.

Las yemas de sus dedos se posaron delicadamente sobre esas flores levemente inclinadas por el viento. Al tocarlas, sintió como algo en su monótona vida se volvía de color, era peligroso, podría ser algo adictivo y eso no le convenía. Pero ya no importaba, esa noche sería suya, solo suya. Terminó aplastando las flores con su peso, tal vez se veía realmente ridículo, un hombre de un metro ochenta riendo de la nada, pero decidió reírse el doble de ese pensamiento.

Cerró los ojos para disfrutar la suave brisa nocturna que erizó todo su cuerpo, soltó un gran suspiro, y mantuvo esa sonrisa al observar sobre su cabeza la gran luna, brillante orgullosa, hermosa, ah, mierda ya comenzaba a recordar a MinJu nuevamente. La sonrisa se borró. Sacudió su cabeza y se sentó instantáneamente para buscar algo con los pensamientos sensatos que le rogaban que volviera a sus deberes.

Sin embargo, su corazón fue más fuerte y logró que su cerebro diera la orden de continuar con la aventura. Sus ojos se posaron sobre un gran lago a unos cuantos metros. No tuvo que pensarlo por mucho tiempo. Quitó toda su ropa y se metió en el lago cristalino que prometía regalarle un momento placentero. Decidió quedarse dentro del agua durante un largo periodo de tiempo para intentar sentir algo que lo hiciera sentir vivo, talvez la adrenalina de perder el aire poco a poco.

Cuando emergió, el frío viento hizo que se sienta aún mejor, por lo menos aún podía sentir el frío del ambiente.

Se la estaba pasando bien esa noche, tanto que sentía que era de esos momentos que no podrían ser mejores y que por ello no volverían a repetirse jamás. Se sumergió por segunda vez buscando sentir otra vez la adrenalina, aunque cuando apenas bajó unos cuantos metros, pudo captar extremadamente cerca suyo, los lamentos de una persona. Tenía razón, aquello no volvería a repetirse.

No se consideraba una persona curiosa, pero el presentimiento de que, al buscar el origen de los lamentos, todo cambiaría, hicieron que se vistiera una velocidad sorprendente. Esa leve corazonada se transformó en nerviosismo, definitivamente todo cambiaría esa noche.

BAD BLOODㅣMarkHyuck-NoMinㅣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora