Consecuencias

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La manada del Este celebraba el compromiso de los hijos de los líderes con tanta vehemencia, que incluso el cielo parecía abrir paso ante la brillante luz de luna. Mostrando tal vez, que la diosa estaba complacida por su proceder. Y no era para menos, parecía que el desafortunado siglo sin engendrar omegas en aquella manada terminaría más pronto de lo esperado. En consecuencia, la ferviente creencia de que la bendición que recayó sobre Chittaphon recaería en las jóvenes lunas, era mucho más fuerte que el olor a muerte que emanaba la noche.

El alfa líder, Johnny Suh, se encontraba bien acompañado de su esposo y sus tres hijos omegas, haciendo que este se sintiera el hombre más afortunado del planeta. Su rostro mostraba la más sincera felicidad, solo comparándose con la alegría de la Luna de la manada, quien no podía dejar de sonreír, sabiendo que su pueblo podría regresar a la prosperidad, o tal vez sabiendo que tendría un peso menos sobre sus hombros.

Por costumbre, la familia del líder debía recibir a la manada como buenos anfitriones. Además, los recién comprometidos debían permanecer extremadamente juntos durante este tiempo, para recibir los buenos deseos de su gente. Por lo cual DongHyuck ahora mismo estaba obligado a fingir la sonrisa más hipócrita de su vida, evitando así que los sabios de la manada se percataran de lo mucho que deseaba escapar.

Pero, para su suerte, todos parecían tan ansiosos por presenciar la celebración que no demoraron ni media hora en ingresar al recinto finamente decorado. Una vez la familia terminó de recibir a gran parte de la manada, invitaron a todos a sentarse alrededor de la gran mesa, y el omega al fin pudo despegarse de esa sanguijuela.

Se había pedido que los mejores cazadores de la manada los sorprendieran con manjares exquisitos y exóticos, con la intención de ofrecer un banquete como muestra de la importante ocasión. Y vaya que no los habían decepcionado, la mesa estaba repleta de exquisiteces.

Pero aún con todos charlando y comiendo animadamente, DongHyuck solo podía mirar fijamente a Mark, quien también charlaba con otros alfas de la manada. El muy hijo de puta ya había logrado ganarse el aprecio de toda la manada, y seguramente pronto tendría que comer en la misma mesa que él y en consecuencia verle la estúpida cara tres veces al día. Solo de pensarlo se le iba el apetito.

Es más, si supieran cuanto se estaba conteniendo para no borrarle esa estúpida sonrisa con un solo golpe, seguramente ganaría el premio al lobo con mayor autocontrol que piso el universo. Y no era que odiara a Lee Mark, solo pensaba que era una aberración de la naturaleza y la criatura más detestable y repulsiva del planeta.

Luego solo pensó que debía mostrar calma, pues si hacía alguna locura ahora mismo, la primera víctima sería Lee Mark y la verdad es que no deseaba parecerse a ese joven omega al que JaeMin admiraba tanto. Huang RenJun, alguien realmente sabio, pero muy impulsivo y algo violento.

Con ello en mente, decidió levantarse de la mesa aun cuando sabía que SungChan lo seguiría. Hizo una reverencia al sentirse observado por su padre alfa, quien, al notar el desgano de su hijo, solo dejó que se alejara. Una vez sentado en una silla predispuesta para los omegas de la manada, se cubrió el rostro con sus manos mientras hacía un berrinche interno. Pero al sentirse patético al hacerlo, solo deseo tener a su hermano menor a su lado para hablar con él y tal vez hacer una que otra travesura para subir los ánimos. Aunque eso parecía imposible, pues JaeMin se veía muy animado estando al lado de ese nerd.

DongHyuck gruñó con molestia, deseaba tanto hablar con su hermano, porque desde su compromiso no habían topado ni una mirada. Eso también le parecía muy sospechoso, no le cuadraba que los hayan separado de habitación luego de que ambos se comprometieron, pues a diferencia de ellos, SiCheng continuó en su habitación hasta el día de la boda con Yuta.

BAD BLOODㅣMarkHyuck-NoMinㅣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora