Ex-ɪɴᴄʀᴇɪ́ʙʟᴇ

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La última vez que Violeta tuvo que reparar su traje había sido hace mucho, mucho tiempo; cuando 'Los increíbles' aún era la familia feliz de superhéroes favorita de la ciudad, la cuenta de poderes de Jack Jack era de 17, el campo de fuerza más grande que Vi había formado tenía apenas el diámetro de una cancha de fútbol. Ya no era así.

Ahora que tomó la decisión de empezar su carrera de heroína en solitario, y después de una acalorada discusión con sus padres (más bien sólo con su padre), era momento de cambiar la icónica 'i' en su traje rojo, por... otra 'i'. Pero iba a ser distinta, definitivamente. Además, si quería seguir participando en misiones ocasionales con su familia, debía de mantener algo 'increíble' en su totalmente nuevo, completamente distinto traje.

Las puertas de la mansión de Edna no han cambiado un poco, su gusto es atemporal. Violeta se acerca a la pantalla para llamar a la puerta pero-

-¡Fui muy clara cuando dije que hoy no quería citas!- Edna está asomada, seguramente alzada de puntitas para alcanzar la cámara, furiosa, pero cuando reconoce quién está del otro lado de la pantalla, se calma -Oh, Violeta, linda. Pasa mi niña, pasa, pasa-. Edna volteó -¡Jack Jack, querido, tenemos visitas!

La pantalla se apagó, las puertas se abrieron, y Violeta pudo pasar con su auto a la mansión. Cuando pasó a la sala, encuentra a su hermano menor, que está haciendo su tarea de matemáticas en el suelo de mármol de la tía Edna, mientras sus puños se calentaban, Vi podía ver que las hojas de su libro de texto estaban chamuscadas por las orillas.

-Estos estúpidos triángulos...

-¿Problemas con geometría?

-¡Vi! Ho-hola, dime por favor que no vienes para llevarme a casa, sabes lo bien que la paso aquí...

Desde la primera vez que Edna tuvo que cuidar a Jack Jack hace casi 10 años, no ha perdido una oportunidad de tener al más chico de los Increíbles bajo su cuidado. Ahora Edna lo recoge de la escuela dos días a la semana y Jack Jack se queda en la mansión hasta que su madre termina su jornada de heroína.

-No Jack, vengo a... ¡Pedirle un favor a la más fabulosa diseñadora en la tierra!

-Oh, me halagas, veo que algo bueno le aprendiste a tu padre-. Dice la infame Edna Moda, mientras baja las escaleras, de una manera absolutamente dramática, mientras se acomoda una túnica de seda oscura y se pasa la mano por su pelo gris.

-Hola tía Edna.

-¿Le pasó algo a tu traje, cariño?

-Está perfecto, como siempre, pero creo que necesito algo nuevo.

-¿Nuevo?- Edna salió corriendo por el periódico, lo enrolló y estaba lista para el ataque -¡Es de mis mejores trabajos! Tela especializada y tecnología de punta.

-¡No, tía!, es que-

-¿Qué? Los increíbles tienen un contrato para todos sus trajes y reparaciones, exclusividad conmigo, ¡De por vida!

-¡Ya no voy a ser parte de Los increíbles!

Los ojos de Edna, que de por si son enormes tras sus lentes de fondo de botella, se abren por completo, llenos de sorpresa. Violeta esperaba un sermón parecido al que le dio su padre hace un par de noches; solo esperaba que el diseñar un nuevo le traje la apaciguara un poco y no la golpeara demasiado con el rollo de periódico.

-¡Qué maravilla!, ya era hora, chiquilla. ¿Has pensado en un nombre? esto será ¡EMOCIONANTE!- Violeta volvió a respirar. Edna, tenga los años que tenga, siempre está llena de vida. -Jackie, querido, ¿por qué no me dijiste nada?

-Pensé que era mejor que te lo dijera Vi en persona, tía.

-Muy prudente, Jack. Pero me gusta estar al tanto de todo, eh.

Bastante visible para mi (Wilbur Robinson x Violeta Parr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora