Escondite

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Si en el colegio te pillan en una travesura, obviamente habría consecuencias serias. - con consecuencias serias me refiero a ver a la policía por atentar la paz. - Pero, que esa travesura incluya un diente roto del director es una condena de muerte. Ni la intervención de la OMS podrá salvarte.

Al momento que el director escupió en la palma de la mano su diente, en el patio ocurrió lo mismo cuando entras a tu cuarto, enciendes la luz y encuentras como diez cucarachas en tu cama. En cuestión de segundos, el patio quedó vacío.

Solo un grito patético rompió el silencio. - ¡Malditos hijos de...! ¡Me las van a pagar!

Tord corrió en estampida y se escondió detrás de un árbol. Poco a poco, siguió avanzando para que nadie lo encuentre y logró entrar a uno de los baños, dónde se lavo la cara para borrar toda evidencia. Lo logró y estaba a punto de salir con su cara de adolescente introvertido y buena onda rumbo a su salón de clases. Hasta que escuchó los pasos acelerados rumbo al baño.

Esos pasos, sabía que era de Jon, su profesor de Desarrollo personal.

Rápidamente y con violencia, Tord empujó una de las puertas de los baños y entro. El susto que se llevó casi le paraliza el corazón.

En ese lugar y trepado del sanitario, se encontraba Tom, aún con la cara sucia y suplicando - demandando - que haga silencio.

El profesor entro al cuarto de baño. Tord no tuvo tiempo ni espacio para levantar sus pies e impedir que lo vieran.

- ¿Quien eres? - pregunto Jon, agachándose para ver si los demás baños también estaban ocupados.

- Eh... Soy Tord Larksoon.

- ¿Y que haces ahí? La hora de recreo acaba de terminar.

- Eh...

- ¡Conteste! - tocó con desespero la puerta, como si fuera capaz de romperla.

Tom tenía las cuencas como dos huevos frito y con gestos desesperados le pedía a Tord que diga algo, que no permita que el profesor entre. Si los llegaban a descubrir a los dos encerrados en el baño tendrían que cambiarse de colegio...

O de país, ¡hasta de identidad!

Nadie se creería el cuento de: Estábamos los dos, encerrados en el baño, hablando de los gatos.

Odiaba que fuera abiertamente gay ahora mismo.

- He preguntado, que estás haciendo allí. ¿Acaso no escuchas? Ya terminó la hora de recreo y deberías estar en clase.

- B-Bueno profesor, no creo que usted quiera saber lo que estoy haciendo acá. Ayer fue el cumpleaños de mi hermana y hubo pescado, mariscos, surströmming, Brunost, Fenalår y papaya, pero tanto que insiste...

-¡No estoy para bromas noruegas, Larksoon! - alzó la voz, haciendo una pataleta. -Me quedaré aquí esperando que salgas.

- ¡Pero, eh...! - Miro a Tom que seguia con su expresión de miedo. - ...Esto podría tomar algunos minutos, quizá una hora - hablo lo más seguro que pudo, aunque se notaba el chillido de inseguridad desde lo más profundo de su garganta. - A veces tengo problema, usted sabe...

- No tengo prisa, ni me interesan tus problemas, Larksoon. - hablo de forma irónica. - Te esperaré afuera pacientemente hasta que salgas. El director me ha ordenado que conduzca a todos los estudiantes que estén en los baños o lugares inusuales directamente a su oficina.

- ¿P...? - trago saliva por el nerviosismo. - ¿Por qué...?

- Ha ocurrido algo en el patio, al parecer, a más de uno le encantaría pasar por aquí a lavarse la cara y las manos. Y es probable que el director quiera felicitarlos por sus buenos hábitos de higiene. - suspiro, como una mujer enamorada. - Ya sabes cómo es él... Un hombre tan amable y cordial.

Tord y Tom tragaron en seco mirándose con miedo.

Ambos sabían que el director era tan dulce como el demonio Chernabog.


Yogur en la cara. - TomtordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora