Yoongi aún recuerda la primera vez que vio a esa perfecta mujer enfundada en aquel elegante traje de noche.
Los destellantes flashes de las cámaras casi lo dejan ciego, pero ni por un segundo parpadeo, pues no quería perderse ni el más pequeño detal...
El tráiler de Jimin se encontraba en el estacionamiento del lugar, así que, para llegar a él, solo debía caminar unos cuantos pasos, al bajarse de la camioneta.
Ese día, Jimin trató de estar lo más tranquilo posible, para no levantar ninguna sospecha y que Tae se enterara de lo que haría. Aún recordaba la nota que venía en el ramo de flores, que aquel sujeto del staff le había llevado al camerino. Eran pocas palabras, pero sin duda lograron preocuparle lo suficiente, como para acceder aquella absurda petición que en ella se le hacía.
“Sé tu maldito secreto, así que, si no quieres que acabe no solo con tu carrera, sino con las de todos a tu alrededor por cómplices, harás lo que te ordene. Comunícate al siguiente número, solo mensaje y te diré qué hacer”
Y así lo hizo, al llegar a casa escribió al número indicado en la nota y aunque la respuesta no fue inmediata, cuando el mensaje cayó, en el se le daban una serie de instrucciones que debía seguir al pie de la letra.
Por un momento dudó en seguir aquella comunicación y pensó, que quizás la solución sería contactar a Lee, y darle aquella entrevista exclusiva que le prometió, el día que lo encontró en la puerta de la mansión.
Pensando en eso había salido en la noche, cuando se topó con el señor Zu, su amable vigilante, quien a pesar de ser una persona callada, pues no gustaba de entrometerse en asuntos que no le competían, el rubio lo consideraba un hombre muy sabio.
Conocía al señor Zu desde hacía mucho tiempo, fue la misma señora Fang quien lo había recomendado para el puesto, y siempre demostró ser una persona muy confiable, principalmente con el secreto de Jimin. Desde un principio, siempre se refirió a rubio como "señorita Park" aunque estuvieran solos, esto porque decía, que debían ser siempre precavidos, pues las paredes tenían oídos. Y aunque aquellas palabras que le dirigió esa noche lograron que cambiará de opinión en cuanto a Lee, también le hizo ver, que debían proteger a todos los que amaba.
Jamás permitiría que su hermano o cualquier otro tuviera un escándalo o peor, que fuese a la cárcel por un delito, que solo a él, le concernía.
ㅡ¿Cuánto tiempo tenemos hasta la primera escena?...ㅡ Preguntó el rubio de camino al tráiler, mientras saludaba y sonreía a los asistentes y operadores que encontraba a su paso.
ㅡCuarenta minutos…ㅡrespondió Tae mirando su relojㅡ…por suerte el vestuario es sencillo y de igual manera el maquillaje, es algo casual.
ㅡBien…ㅡdijo Jimin llegando ya al camerinoㅡ…¿podrías conseguirme un café? me siento un poco “adormitada”
ㅡ¿Lo quieres con crema?...
ㅡNo, uno negro sin azúcar estará bien…ㅡluego había sonreído y abriendo la puerta, entró al tráiler, mientras se dirigía a la cafetería cercana al lugar.
"Estoy aquí…"
Escribió en el teléfono y segundos más tarde, recibió un mensaje con indicaciones muy exactas.
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