Yoongi aún recuerda la primera vez que vio a esa perfecta mujer enfundada en aquel elegante traje de noche.
Los destellantes flashes de las cámaras casi lo dejan ciego, pero ni por un segundo parpadeo, pues no quería perderse ni el más pequeño detal...
Al llegar a casa, Jimin se había tirado en la cama sin fuerzas siquiera para cambiarse de ropa. El cansancio mental que aquella última escena le hubo causado era tal, que apenas si podía abrir los ojos.
No paró de pensar en aquel beso que, aunque actuado, había significado mucho para él. Era como si una línea imaginaria se hubiese trazado para establecer un antes y un después, de aquel beso.
Como si hubiese sido el primero, en su vida.
Su teléfono sonó y sin abrir los ojos, lo sacó con dificultad de su bolsillo para contestar la llamada.
ㅡHola…ㅡcasi susurró.
ㅡJimin…ㅡse escuchó una voz grave llamarlo desde otro lado de la líneaㅡ…¿sería posible vernos? Es acerca del asunto que le mencioné antes.
ㅡ¡Señor Min!…ㅡexclamó Jimin suspendiéndose de un solo de la cama, para después cerciorarse si en verdad era la persona que pensabaㅡ…s-si claro ¿dónde sería?…ㅡpreguntó una vez seguro, de que en verdad era Min Yoongi.
ㅡHay un pequeño cafetín a un par de calles de su edificio, lo esperaré allí ¿de acuerdo?.
ㅡSi…ㅡrespondió el rubio para después colgar, quedarse algunos segundos inmóvil, para luego correr como desquiciado por roda la habitación buscando que ponerse.
Salió a toda prisa de su recámara, pues las ansias de ver a Yoongi eran demasiado fuertes, como para ser contenidas en su pecho, así que, haciendo caso omiso a Tae y a su ofrecimiento para acompañarlo, cruzó la puerta con destino al mencionado cafetín.
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Entre más se acercaba al lugar acordado, más fuerte latía su corazón, anticipando el momento en que estuviera frente a frente con Yoongi. Entró al lugar y buscó con la mirada por el pequeño espacio, hasta dar con aquel hombre de piel clara vestido totalmente de negro.
ㅡSeñor Min…ㅡdijo el rubio a modo de saludo, cuando se acercó a la mesa.
ㅡJimin…ㅡdijo Yoongi, sintiendo como todo su cuerpo se estremeció, con aquel suave tono de voz.
Y no solo eso. ¿Cómo alguien podía verse totalmente adorable con aquella ropa deportiva? Realmente Yoongi sentía que no podría contenerse, y que de un momento a otro se lanzaría sobre el chico para comenzar a besarlo. Y allí estaba Jimin provocándole aún más, al morderse el labio inferior de aquella manera.
ㅡ¿Acerca de que asunto quería conversar?...ㅡpreguntó Jimin sin levantar la vista, pues aquella penetrante mirada lo intimidaba poniéndolo nervioso y seguro terminaria más rojo que un tomate, si lo miraba a los ojos.
