As Long As I'm Alive [Kookgi]

13

Los días habían pasado, tal vez, demasiado lento para el gusto del omega, pero quién podía culparlo cuando cargaba una euforia tan grande en el pecho. Llevaba sonriendo desde que había despertado, la noche anterior no pudo conciliar el sueño, así que el descanso en sí, era casi nulo, pero no importaba porque, al final, había conseguido eso que tanto estaba esperando.

Había empacado con anterioridad una pequeña maleta con pocas cosas, Jimin le había dicho que no necesitaba nada más que algunas prendas y objetos personales, inclusive se había ofrecido a llevarlo hasta el lugar que Haru le había conseguido, cerca a su nuevo trabajo y donde fácilmente podía salir a dar una vuelta por los alrededores.

Había desayunado algo ligero y se había despedido en su cabeza de las personas que trabajan para sus padres, a quienes no había visto en todo el día, sospechaba que no querían verlo, así que salió de su casa como si fuera cualquier otra persona, no una persona, como un espíritu que nunca fue notado. Se quitó la incomodidad de encima cuando vió a Jimin afuera de su casa, en el bonito Range Rover que le habían regalado en su graduación.

Corrió hasta el auto y se subió con emoción al ser recibido por un abrazo y una cálida sonrisa. —¿Listo para ser un bonito chico independiente?

Esp

El trayecto al lugar no fue sencillo, el GPS no los ubicaba del todo, y al estar adentrándose en la ciudad, y en lugares en los que jamás habían estado, su desorientación fue infernal. Afortunadamente, pudieron dar con el destino en la aplicación, llegaron a una calle bastante solitaria, con las carreteras desgastadas y apartamentos con colores deslavados y turbios, realmente no era el lugar más confortable que Yoongi hubiese conocido, a decir verdad, jamás había imaginado que algo de ese estilo estuviera dentro de la ciudad, estaba un poco desanimado con el hecho.

Estacionaron el auto en el parqueadero de un conjunto de pequeños apartamentos, amontonados entre sí y con escaleras para poder acceder a ellos, sin recepción, ni rejas, ni puertas de seguridad. Solo bloques en tonalidades de grises, y automóviles viejos y desgastados.

Jimin miró al frente después de estacionar su vehículo, demasiado asustado pero sin intención de herir a su amigo. Tomó un pequeño respiro y se giró para fijarse en el semblante desanimado y decepcionado del contrario. —¿Listo?

El pelinegro asintió sin más, sintiendo un nudo en su garganta.

—¿Recuerdas el número del lugar?

El pálido volvió a asentir, procediendo a quitarse el cinturón de seguridad.

—Bien, es hora de entrar. —Jimin anunció , tratando con su mayor esfuerzo de darle ánimos al pobre chico a su derecha, sonrió ampliamente y salió del auto, esperando que su amigo hiciera lo mismo para poder asegurar su vehículo, no quería ser grosero, pero no se fiaba de la gente que podía residir en el lugar.

Caminaron hacía la segunda planta del complejo, cargando la poco pesada Tumi Alpha del omega.

Se pararon frente a la puerta del lugar una vez llegaron, algo desconcertados por el aspecto de la puerta.

—Intuyo que esta es la tuya —La puerta se veía desgastada, la pintura estaba cayéndose en trozos grandes, y al número 325 definitivamente le faltaba el dos. Yoongi tomó un suspiro para calmar sus emociones y evitar tener un colapso en el sucio pasillo de su nuevo "hogar".

En la puerta a su izquierda se veía claramente un 324 completo, por lo cual, se acercó a su propia puerta y abrió esta con la llave que Haru le había dado hace algunos días. Según la chica, y citando sus palabras, no debía juzgar el lugar por su apariencia, en ese sitio había avanzado en sus proyectos más ambiciosos, la había visto avanzar en muchos crecer a lo largo del tiempo, hasta que finalmente había conseguido un mejor lugar, cerca a su salón y el cual compartía con su novio.