El ladrón de Luz / Minsung

IV;

N/A: Canción recomendada para leer este capítulo es el ost de Suzume , la pueden dar clic en youtube de acá o escucharla directa de spotify.
Gracias!!

El tiempo en aquel misterioso bosque se revelaba como una melodía sin compás, una sinfonía discordante que desafiaba la lógica convencional.

JiSung avanzaba entre los compases disonantes de un reloj cósmico, donde los días no seguían el ritmo familiar y predecible al que estaba acostumbrado.

Cada paso suyo era una nota perdida en medio de una partitura caótica. Las horas parecían flotar en el aire, desvinculadas de cualquier estructura temporal coherente. La mañana se desvanecía sin aviso, fundiéndose en una tarde etérea que a su vez se diluía en una noche que no seguía el curso natural del cielo.

Los relojes, adornos inútiles en aquel rincón del universo, marcaban segundos que se estiraban y encogían como un acordeón, sin seguir ningún patrón definido. El menor caminaba entre los compases erráticos de un tiempo que se desplegaba en una cadencia desconcertante, como si una orquesta invisible tocara una partitura llena de cambios bruscos y repentinos.

Su percepción se veía alterada por esta sinfonía temporal disonante. Intentaba encontrar el pulso habitual de los días en esa mañana, pero sus esfuerzos eran en vano.

Se encontraba inmerso en una sinfonía temporal caótica y desconcertante, donde los momentos se deslizaban sin un patrón claro, desafiando su capacidad de comprender el tiempo y sumiéndolo en un estado perpetuo de incertidumbre y asombro ante la extraña armonía de aquel lugar.

Por ese motivo sinfónico, no podía discernir si habían transcurrido dos lunas desde su partida o si la taberna estaba más lejana de lo que sus sentidos le indicaban.

Cada intento por calcular la distancia hacia Item era un esfuerzo inútil, ya que el tiempo parecía doblarse y retorcerse, diluyendo cualquier referencia espacial. Los caminos se desdibujaban, y los puntos de referencia perdían su consistencia en aquel panorama donde la cronología se desvanecía.

La incertidumbre se apoderaba de él mientras se adentraba en aquel laberinto temporal. Las preguntas se acumulaban, pero las respuestas parecían disolverse en la neblina de momentos desarticulados ¿Eran dos lunas las que habían pasado? ¿La taberna estaba aún más distante o ya estaban cerca de su destino? Eran interrogantes que flotaban en su mente como fragmentos de una partitura inconclusa, sin respuesta clara en aquel concierto temporal desafinado y confuso.

Por ese motivo, el protagonista desvió la mirada hacia su compañero de travesía. Observó cómo éste continuaba relatando anécdotas y chismes sobre otras criaturas con un entusiasmo contagioso, aunque las palabras, para JiSung, parecían desvanecerse en el aire sin dejar rastro.

Con una pequeña sonrisa asomándose en su rostro, observaba las expresiones dramáticas del más alto, que parecían sincronizarse con cada una de sus palabras. Las gesticulaciones y tonos exagerados se entrelazaban generando una coreografía viva y cautivadora.

Aprovechó la presencia del mayor como una manera de distraerse del abrumador entorno en el que se encontraban.

El escenario a su alrededor, con su distorsión temporal y paisajes fluctuantes, quedó momentáneamente en segundo plano mientras se sumergía en la teatralidad y el entusiasmo de su compañero. Era un respiro de la confusión y la incertidumbre que dominaban el ambiente, una pausa para encontrar un atisbo de normalidad en medio de la extraña sinfonía temporal que los envolvía.

A pesar de disfrutar temporalmente de la distracción que suponía la vivacidad de su compañero, JiSung no podía evitar que un pensamiento persistente rondara su mente. Mientras se sumergía en las representaciones vívidas del pelirrojo , una sombra de duda cruzaba su conciencia.