𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮 𝐊𝐚𝐢𝐬𝐞𝐧 | 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

Kento Nanami | Para siempre

             Advertencia: Contenido sexual.
                      Protagonista: T/N
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                               Palabras 1200
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2 semanas antes.

Las manos de nanami sostenían con fuerza mi rostro, sus labios atacaban los míos con fervor, nuestras lenguas rozaban y se encontraban causando que mi corazón estallara de emoción.

Hace un año que nos casamos, aunque no habíamos tenido tanto tiempo como para una luna de miel pues nuestros trabajos eran terribles... tiempo después volvimos a la hechicería y tuvimos mucho más tiempo para nosotros.

Con más tiempo para nosotros se refiere a tener mucho sexo como conejos.

Es que como creen que me resistiré a un hombre como kento, no se puede.

Sus manos bajaron acariciando mi cintura, bajando hasta mi trasero el cual tomo con fuerza, dio unas palmadas y me hizo subir ambas piernas a su cintura.

—Extrañaba esto.—camina llevándome a la cama.

—yo igual, extrañaba ver ese cuerpo de Dios griego.—sonrió, el suelta una risa ronca, y me guiña el ojo causándome 7 infartos.

Me acuesta cuidadosamente en la cama, sus manos van a su camisa desabotonándola  lentamente, termina de sacársela dejando a la vista su escultural cuerpo, sus pectorales y abdomen bien marcados y esos brazos que me hacen perder la cabeza.

Gracias por este macho diosito.

Sus labios fueron a los míos dejando besos mojados y mordiendo a su paso, fue bajando por mi cuello donde empieza a morder, soltando pequeños y roncos jadeos. Saca mi camisa dejándome desnuda, pues siempre uso una de sus camisas y nunca me pongo sostén cuando estoy en casa.

—Pero que hermosos pechos.—deja un beso mojado por mi areola causándome escalofríos.—Y son todos míos.—sus labios van a mi pezon donde empieza a chupar mientras su mano libre magrea mi seno izquierdo.

Arqueo mi espalda y suelto un gemido, tomo el rubio cabello de kento, este sigue con su labor haciendo que me excite cada vez más.

Sus labios muerden, chupan y besan mis pechos, pero necesito sentir mas que eso, o me volveré loca.

—kento... Q~quiero más.—muerdo mi labio.

El sonríe y baja sus manos a su pantalón, bajándolo completamente dejándome ver su enorme polla.

Y yo que ya andaba con hambre.

¡Ay! vocecita cállate.

—siempre quedó sorprendida por lo grande que la tienes.—digo sin pensar.

—¡Amor! Me enorgullece, pero si lo dices en voz alta me da penita.—sus mejillas sonrojadas me hacen reír.

Tomo su musculoso cuerpo para acercarlo mas al mío, su miembro roza con mi entrada, poco a poco va introduciendo para no hacerme daño.

—Tienes que decirme si te molesta.—toma mi rostro viéndome con sus hermosos ojos.

Molesta estaría si no me lo hicieras ya mismo.

Ay señor.

Sus manos van a mis piernas, haciendo que las enrolle en sus caderas, su polla termina de entrar completamente haciendo que mi espalda se arquee.