Mensaje XXI

4 1 0
                                    

Solo quiero que regrese mi inocencia en el amor. Y creo que extraño tantas cosas de mí.

Después de que te fuiste mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados, todo se complicó. Mi alimentación se fue a la basura, mi apetito se esfumó.
Después de que te fuiste no he podido volver a ser yo. Después de tu partida mamá dice que no tengo ánimos para nada. Después de que te fuiste solo me la paso escuchando música y llorando. Después de que te marchaste se me ha complicado seguir la escuela. Después de que te fuiste no salgo de mi habitación. Después de que te fuiste mi vida se ha vuelto una rutina.
Un círculo vicioso en el que solo me voy dañando cada vez más.

Te extraño.
Dos simples palabras, muchos recuerdos, momentos, charlas juntos, videollamadas de toda la noche, canciones, peleas, muchas cosas que extraño de ti.
Extraño la forma que me mirabas, me hablabas y me hacías sentir… extraño que me quieras y extrañes; que me escribas después de entrenar, me invites al parque a charlar o a tomar un helado. Extraño estar contigo, y duele que no sea mutuo.

Duele que a pesar de todo lo que paso te siga queriendo y a veces más que antes. Duele que estés con otra, que no me hables cuando nos encontremos, que evites mi mirada, que no bailemos juntos, y no me cuentes tus planes y deseos. Pero también me duele que me uses, y me hayas usado, que no te importe cuanto sufro por ti y que no te pueda contar todo.

Tengo fotos lindas y graciosas que no tengo a quien mandarle. Tengo bromas sin sentido que no tengo a quien contarle. Tengo una vida que no quiero vivir porque tú no estás en ella.

Aun pienso en buscarte. Después de que casi muero por tu culpa, aún pienso en darte otra oportunidad, aún sigo sintiendo afecto a pesar de todo lo que sufrí después de que te alejaste, de lo mucho que me costó verle el lado bueno a todos mis días cuando ya no quería respirar, aún me sigo haciendo la tonta pregunta de ‘¿y si esta vez funciona?’ ¿será que contestará el mensaje?’

Y si, exactamente aun no puedo olvidar todo lo que viví contigo, aún no puedo dejar atrás los recuerdos junto a ti, aquellos días en los que me hiciste feliz, en los que estabas allí cuando no tenía a nadie, en los que solo quería estar contigo, olvidarme de mis problemas contigo.

Me dejaste quererte y luego te fuiste, así no se vale.

Siempre me recuerdo que debo dejarte ir. Pero hay algunos días en que sigo viendo tu perfil, tú ultima conexión, sigo trayendo a mi mente la última vez que estuvimos solo nosotros dos. Sigo recordando tus manos sobre mí, sigo recordando a que saben tus besos, las peleas, las reconciliaciones, las palabras de amor.
Pero también recuerdo día a día que debo soltarte, que debo ser fuerte, que debo cambiar el ‘te amo’ por un ‘me amo’, porque así debe ser; yo me amo, pero tampoco puedo hacerme la ciega y fingir que no sigo sintiendo este sentimiento tan fuerte por ti y es que me diste tanto para recordarte, que cada vez veo más difícil la despedida.

Fueron meses de un amor intenso, tiempos en que las batallas siempre las ganaba el corazón, pero es momento de invertir la estrategia.
Esto ya no es una competencia de quien quiere más a quien, porque definitivamente gane yo, que te quise a pesar de la cochinada que me hiciste, y si en algo perdí fue en darte en mi confianza.
Esto es un pacto, un pacto de amor hacia mí, donde mi cerebro dirige y el corazón le sigue, porque ya estoy cansada de darlo todo por alguien que solo me hice añicos. Que dejaba mi corazón de lado y que solo regresaba a ofrecer un amor a medias. Y conmigo es todo o nada, o me quieres o no lo haces.
Así que te dejo, te dejo con estas palabras; ‘me voy, a donde no puedas encontrarme’.
Mientras me toca verte feliz y verme a mí caer constantemente en el vacío.

Mensajes que nunca envié Donde viven las historias. Descúbrelo ahora