Mensaje III

10 2 0
                                    

No te puedo obligar a quererme, pero duele saber que un día lo tuve todo de ti y ahora me he quedado con las manos vacías.
Fue triste dejarte ir. Pero más triste fue ver como yo me fui contigo.
La vida a tu lado era más bonita, yo a tu lado fui la persona que más voy a extrañar en la vida; con nadie más voy a volver a ser esa misma chica, porque ella se fue junto a ti.
A pesar de todo quiero que seas feliz aunque no sea conmigo. Fuiste un gran amor, pero nadie es indispensable.

No te preocupes, las cosas pasan por algo y te perdono, no pasa nada. Ya es mi turno de pasar página.
Aunque duele decirle adiós a alguien que significó tanto para ti, es difícil dejar de amar a alguien que te ayudo a ser feliz.

Y justamente quien te hizo volver a creer y te saco de aquel agujero negro, te deja caer cuando menos te lo esperas. Quien te hizo confiar te muestra que esta es un poder sobre ti que no le debes ofrecer a nadie.
La confianza es un sentimiento que si se lo brindas a alguien tiene todas las cartas para jugar en tu contra, para destruirte, ¿quién haría eso? Darle la oportunidad a una persona de destrozarte; justamente eso, confías tanto que no crees que esta persona te fallaría. 

En fin, me quede con el último abrazo que nos dimos, con la esperanza de que en unas semanas regresaríamos, sin saber que este sería el último y que jamás volvería a sentirme tan segura en unos brazos como en los tuyos.

Me tocó ver cómo te enamorabas otra vez cuando yo aún intentaba sanar.
Olvidaste tan rápido lo nuestro que empecé a dudar de si alguna vez mi amaste y si todo fue real.

Yo defendí tu nombre cuando todos me decían que me ibas a lastimar, incluso después de que lo hiciste yo sigo defendiéndote. Puse a muchos en mi contra por mantener limpio tu nombre, y nunca me importo perder amistades por esto, pero resulto ser cierto todo lo decían.

Créeme que si mi hubieses visto a las tres de la mañana temblando de tanto llorar te odiarías a ti mismo.

No se puede hacer nada. El amor es así. Llega cuando está listo, se va cuando no es real, vuelve si te pertenece, pero nunca, nunca mata a alguien.
Voy a estar bien. Fuiste la forma más triste y más bonita que tuvo la vida de decirme, que no se puede tenerlo todo. Y no me voy a morir por no tenerte, solo que me tocará aprender a vivir con el recuerdo de lo que fuimos y nunca más seremos.
Aprender a vivir con una herida por dentro que después de un tiempo cicatrizará y sanará.
Y si no pasa, también es por algo.

Pero no te preocupes, gracias por todo y por nada.

Mensajes que nunca envié Donde viven las historias. Descúbrelo ahora