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Okeeeeeeey nuevo capítulo después de mil años, pónganse cómodos y disfruten y no olviden apoyar con un comentario, voto y compartiendo.💗
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Poco a poco el sol se oculta dándole paso a la noche, el frío se infiltra por aquellas paredes, en cada esquina de la habitación, como una espesa niebla que avanza sin detenerse, el silencio entre los presentes es pesado, abrumador, la tensión se puede sentir en el aire.

Todo dentro de aquella habitación parece sacada de una película de terror.

Las feromonas de todos están alteradas, siendo agrias, insípidas al olor, todas denotando su nerviosismo y miedo al alfa que los encabeza.

Se mantienen alejados del centro del cuarto, con la cabeza gacha mostrando su cuello en un acto de sumisión ante la sombría presencia del jefe, no es necesario que él suelte feromonas pues con su simple aura es suficiente para temer por respirar mal y que él lo note; por ello tratan de contener la respiración, con cada golpe que escuchan y con cada cosa que impacta cerca de ellos.

Mikey murmura un sin fin de cosas, flexionado sobre sus rodillas en medio de la habitación, de sus manos escurre un líquido rojo y espeso, mancha su ropa y el piso pero a él poco le importa, sigue murmurando viendo a la nada, perdido en sus pensamientos mientras trata de fumar su cigarrillo y aligerar la pesada punzada que siente que le perfora al fondo del cráneo.

Hay voces en su cabeza que gritan y gritan, no se callan, lo rasgan desde lo profundo de su ser rogando por algo, rogando por alguien.

Su respiración en momentos es inestable, cada cierto tiempo de su boca salen gruñidos y sus manos tiemblan sin parar.

Hay al menos unos cinco cuerpos a su lado, inmóviles, alguno con trabajo sigue respirando, sus caras están deformes, sumidas en algunas partes y llenas de sangre, consecuencia de hacerlo enojar en su estado actual, hay cosas destrozadas por toda la habitación, fueron impactadas contra las paredes u otros muebles haciéndose trizas ahí mismo, una tras otra, sin descanso.

Los presentes rogaban un descanso, rogaban porque todo acabará pronto.

Cuando Mikey termina su cigarrillo lo apaga en el cuerpo más cercano qué hay, justo enmedio de su garganta, las voces en su cabeza aumentaban, el quiere que se callen, quiere un poco de silencio en medio de su tormenta.

Se talla la cara con desesperación.

—silencio— murmura sin parar —¡cállense! —grita y una silla vuela e impacta contra la pared haciéndose trizas en el acto, Mikey toma la mesa que esta delante de él y también la destroza, su respiración se altera , sus hombros suben y bajan tensos, temblando en cada respiración, en su mente las voces repiten sin parar una palabra constantemente: omega; sin parar una y otra vez, su alfa dentro de él exigiendo que lo busque, lo encuentre y proteja; que lo traiga de vuelta a casa.

La ansiedad y desesperación corre por sus venas, por cada poro de su piel.

Agarra el cuadro de cristal que está sobre el escritorio y cuando está a punto de lanzarlo Koko rápidamente se atraviesa y lo detiene.

—¡No Mikey! — grita tratando de quitárselo— te he dejado destrozar toda la habitación, pero ¿¡tienes idea de cuánto vale esta cosa!? — quiere hacerlo entrar en razón pero se gana una mirada de advertencia haciéndolo callar en un segundo abruptamente.

—¿te quieres morir?—susurra serio el pelinegro—¿Acaso prefieres que sea tu cabeza la que reviente? — cuestiona en un tono bajo— dímelo y con gusto lo haré— se acerca a él en pasos lentos

—y-yo no quise— trata de excusarse Koko retrocediendo ante la mirada sin vida de su jefe — pero el cuadro vale millones y y-yo...—Mikey ni siquiera le observa, sigue con la mirada perdida y sin importar lo que su amigo dice estrella el cuadro de cristal en sus pies, acorta el espacio restante qué hay entre ellos y en un rápido movimiento toma la mandíbula de Koko y la estrella con fuerza en la pared haciéndolo quejar de dolor.

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