Confesiones

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Fue una semana llena de entrenos y muchas exigencias por parte de nuestro nuevo entrenador. Poco a poco, con pequeños pasos pero firmes, se veía un pequeño resplandor de lo que en un futuro podría ser este equipo.

Estaba tranquilamente en el sofá, cuando un peligris entro a mi casa, cansado del ultimo entreno antes de la concentración.

-¿Qué tal la rehabilitación ?- dijo mientras se dejaba caer a mi lado del cansancio.

-El medico dice que es complicado que pueda volver pronto, pero ve una gran mejoría, aunque para serte sincera yo lo veo igual- Estaba desesperada por poder volver a ser yo misma, necesitaba dejar de ser la lisiada y volver a ser Hebi.

-Ten un poco de fe, digamos que no brillas por tu paciencia, pero seguro que volverás, yo lo sé- me miro directa a los ojos, para que comprendiera que me lo decía en serio y que no podía decepcionarle. - Cambiando de tema, ¿Estas nerviosa de ver al gato?

-Nunca podría ponerme nerviosa, ni aunque lo intentara con todo su ser, eso sí tengo ganas, hace más de un mes que no lo veo- Se me escapo una sonrisa.

- Y Daichi sabe que viene? - La pregunta que menos deseaba responder.

-No, pero no sé porque debo darle explicaciones- me cabree

-Hebi, debes entender que aunque ya no estéis, el aún se pone modo celos y la verdad no lo aguanto- le mire y sonreí

-Suga, estas celoso? - pregunte

-Quee?, no que va, porque lo iba a estar- se sonrojo.

-Suga, mírame- Tire de el para atraerlo- Cuando me vas a contar que estas enamorado de Daichi y lo mas importante que estáis saliendo- Se que blanco.

-Qu..e coom......o- Balbuceo y no pude evitar soltar una carcajada .

-Lo sé desde que lo vimos por primera vez y te pido disculpas por haber sido una egoísta y no haber querido darme cuenta de eso- Suga negó

-NO,no voy a dejar que te disculpes por haberte enamorado- me abrazo- Si es cierto que me gusto desde que lo vi por primera vez, pero al verte tan emocionada no puede hacer nada más que apartarme y dejar que fuerais felices, y estar a su lado te ha hecho ser feliz y eso es lo único que podía pensar- Me apretó con fuerza y calidez- y de todas formas no estaba todavía preparado para aceptar lo que era- Me incorpore y era mi turno de abrazarlo.

-Suga, tenías que habérmelo dicho, tenías que haberme contado tus miedos, yo jamás te juzgaría y mucho menos por que te guste alguien del mismo sexo, me siento culpaba de darte la sensación de no poder contármelo- el negó entre unas pocas lagrimas, cuando Suga me conto que era gay fue un momento muy emotivo, no era algo que me pillara de sorpresa la verdad, pero ser la primera persona en la que confió, me hizo sentir quería. El era la persona mas buena que había en el mundo y lo paso muy mal por ser quien era y aquello me rompía el corazones, resulta que ser abiertamente gay en Japón no es un camino de rosas que digamos y aquello nos quedo muy claro cuando toda la clase lo intento sumergir en la oscuridad por amar alguien, por suerte todo el equipo de Vóley lo acepto y acogió desde el minuto uno, lo protegieron y defendieron hasta el final  y eso fue lo que evito que no se ahogara, en aquel mar de insultos y amenazas y terminara muriendo.-Pero el pasado es pasado y solo esta para de vez en cuando echar la vista atrás y darnos cuenta de lo patéticos que podemos llegar a ser y lo mucho que sufrimos- le lévate la cabeza mientras le retiraba una lagrima- Es mi turno de verte feliz, yo quiero que estés con él , el para mi es pasado y nunca podría cabrearme contigo por quererlo o a él por quererte porque sois dos personas muy importantes en mi vida y no podría estar mas orgullosa y feliz de que os améis y respetéis- el sonrió

La reina sin coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora